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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 2
(2), julio-diciembre 2021, pp. 85-99.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/2.2.5.
entonces, en un registro sonoro, sensorial, envolvente, sin sentido. La
intervención sobre los continentes atañe también al empleo, por el pa-
ciente o el psicoterapeuta, de determinados materiales concretos que en
el vínculo terapéutico pueden adquirir el estatuto de médium maleable
(túneles, telas, aros, baúles, etc.).
Los aportes de la autora rioplatense sobre el trabajo con los signos
de percepción, a partir de lo propuesto por Sigmund Freud, también re-
sultan muy esclarecedores para guiar la clínica en estos casos. Los signos
de percepción se constituyen a partir de fragmentos sensoriales no tran-
scritos, perceptos no ligados, que operan como excesos de excitación no
procesables, por lo cual son compelidos a evacuarse compulsivamente. La
función del psicoterapeuta, en este caso, será entrelazarlos para propiciar
las simbolizaciones ausentes a manera de neogénesis (Bleichmar, 2008).
Observamos, así, cómo diferentes aspectos teóricos se nutren de compo-
nentes del encuadre y de la técnica y se modifican mutuamente.
En relación al encuadre en el trabajo clínico con pacientes con au-
tismo, Jacqueline Girard-Frésard, Francisco Palacio Espasa y Anne
Spillmann hacen hincapié en lo repetitivo e inmutable del espacio, en
consonancia con el funcionamiento psíquico de estos pacientes, sobre
todo de los que permanecen en un registro más primario (Girard-Frésard
et al., 2017). Estos autores señalan que la búsqueda de lo repetitivo se
apoya en las dificultades relacionales y de apego que presentan estos
niños, por lo cual perceptivamente se van a adherir a determinados ele-
mentos del entorno clínico. En el abordaje de estos pacientes se aprecia
cómo, frecuentemente, el aferramiento a los bordes, guiado por la senso-
rialidad táctil y las sonoridades adormecedoras, constituye una primera
barrera protectora ante un espacio que se impone en toda su novedad. En
niños con un funcionamiento más arcaico, al inicio del proceso, el trabajo
de construcción de continentes se desarrolla a partir de lo macroespa-
cial: paredes, aberturas, cantos de muebles ofician sensorialmente con