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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 2
(2), julio-diciembre 2021, pp. 35-45.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/2.2.2.
idealizado, sin necesidades propias, de quien se aspira hasta que atienda
sin cobrar por su trabajo, de la misma manera el terapeuta puede quedar
sometido también a ese lugar ideal, lo que lo llevaría a una excesiva tole-
rancia y hasta al masoquismo, que redundaría a la larga en perjuicio para
el paciente en tratamiento.
Recuerdo un paciente con muchas dificultades para pagar en un mo-
mento de su tratamiento. Un día explícitamente dijo: «Me resulta cho-
cante tener que pagarte cuando hablamos de estas cosas tan…, que tie-
nen que ver con los sentimientos… Me sería más fácil dejarte el dinero
en otro momento. Cuando vos me lo planteás yo lo entiendo, pero…».
Este paciente transitaba en esos momentos serias dificultades para ade-
cuarse al principio de realidad en varios aspectos de su vida, también en
este. Repensar aspectos del encuadre, defenderlo o interpretar los ata-
ques a él fue lo que permitió rescatar al paciente y rescatarme como
psicoterapeuta.
Paula retoma su tratamiento hace unos meses, se explicita el encuadre
de trabajo, que incluye algunas particularidades que lo van a afectar en lo
inmediato y que tenemos que tener en cuenta desde el inicio. La paciente
tiene un horario de trabajo bastante extenso y además debe cambiarlo
mensualmente, por lo menos en este período; la terapeuta se toma una
licencia en una fecha no acostumbrada. Podría pensarse, dado el trata-
miento anterior, que con la flexibilidad necesaria y el trabajo analítico no
habría mayores inconvenientes en manejar las dificultades mencionadas.
Sin embargo, la conjunción de varios aspectos —entre ellos, los seña-
lados al inicio y aspectos propios de la conflictiva de la paciente, algunos
circunstanciales y otros de larga data— hace que el encuadre se vea sacu-
dido de diversas maneras. Por ejemplo, queda en avisar su nuevo horario
de trabajo para fijar la próxima sesión y no lo hace porque «Estaba muy
cansada y esa semana me la tomé». Ante un señalamiento con relación al
pago de las sesiones, se angustia profundamente.