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Huellas del menosprecio. Adolescentes privados de libertad y desarrollo humano,
de Santiago Abadie Vicens
protagonistas. He aquí uno de los aportes más interesantes del libro: «El
deseo de entender el modo en que estos adolescentes se comprenden a sí
mismos condujo la investigación al encuentro directo con ellos y a escu-
char su propia voz» (p. 93). Este movimiento es coherente con el enfoque
de rehabilitación del Desarrollo Humano, en el que es medular que el des-
tinatario alcance mayores grados de autonomía a partir de la ampliación
de sus márgenes de autocomprensión, lo cual lo instala en un lugar activo
y protagónico en este proceso y lo distancia del papel de víctima. A tra-
vés del relato que los adolescentes hacen de su propia biografía y que da
cuenta de su forma de ser, estar, percibir y sentir, el libro da la posibilidad
de bucear en subjetividades marcadas por el menosprecio y por el dete-
rioro de una autopercepción positiva. El enfoque del Desarrollo Humano
está directamente ligado al reconocimiento de la dignidad humana desde
el amor, la igualdad de derechos y la valoración social, cuyas ausencias se
traducen en menosprecio, lo que el autor refleja con claridad.
Uno de los varios aportes que hace Abadie, que resulta especialmente
estimulante y que se constituye en un faro guía mientras se transita por
el texto, es el de sobreponer enfáticamente el significante adolescente por
encima del de delincuente. La adolescencia, como tiempo de transición
identitaria, abre la puerta al cambio y su consideración evita la cristali-
zación de un sujeto definido por su accionar delictivo. El autor hace gran
hincapié en que está conversando con adolescentes y que, como tales,
son propietarios de un enorme potencial para modificarse.
En los primeros tres capítulos del libro el autor desarrolla concep-
tos como capacidad, funcionamiento, deriva, agencia, autonomía y recono-
cimiento de una manera tan clara como rigurosa. Es de destacar cómo
Abadie logra articular con precisión todo ese marco conceptual con la
propia narración que los adolescentes hacen de sí mismos, en los capí-
tulos cuarto y quinto. El libro se cierra con un anexo donde el autor nos
regala una mirada descarnada y aguda del establecimiento donde estos