Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica - Tomo , N.
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producción histórica, que dan cuenta de un modo particular de situarse
en la tensión inherente a los vínculos de poder. Dicha ilusión, como nos
hace prestar atención Rozitchner, supone que la palabra describe lo ajeno
y que la teoría, en un aspecto, también puede ser usada como escudo para
instalarse e instalar la realidad convencional. El problema es hacer visi-
ble previamente aquello que, por formar sistema con nosotros, no se ve,
como lo dice el autor. Así, vemos un Freud epocal, cuya teoría iba tan en
consonancia con un modelo patriarcal en el que la sexualidad como logro
alcanzaba la genitalidad con un ideal reproductivo. Y en el cual la mujer
freudiana, como nos hace saber, no está atravesada por la castración por-
que no tiene nada al comienzo y solo le queda por ganar pene, hijo, «con-
cepción proletarizada de la mujer», dice Bleichmar con humor.
Entonces, cuando se pide desde los propios colegas no ideologizar el
psicoanálisis, ¿no es eso, lo que se está pidiendo, ya una ideología? ¿Qué
nos queda entonces? Analizarnos y ampliar en lo posible nuestra conscien-
cia, perder nuestra ingenuidad de creer en un ideal purista, como si fuera
posible una asepsia, frente a eso que decimos cuando decimos, cuando
yo digo, yo pienso, yo creo..., yo, en definitiva. Y en este estallido social de
Chile quedó en evidencia lo que muchas veces nuestros cómodos encua-
dres silenciaban, el lugar social de nuestros consultorios y el hecho de que
también nosotros somos fabricación social: nosotros como analistas, tam-
bién sujetos, con lo de ilusorio que esto conlleva, en tanto portamos una
cuota de verdad histórica, desde lo cual decimos lo que decimos.
Tiene consecuencias importantes en la clínica negar la realidad ex-
terna del paciente, pero también las tiene negarla en nuestra constitu-
ción. Obviamente, otra cosa es someter al paciente con nuestra ideología,
y nadie dice eso. Pero me parece que una mayor neutralidad, como ideal
a alcanzar, justamente se puede aproximar si nos encontramos alertas, en
nuestro quehacer como psicoanalistas, ante las tareas que fija la estructu-
ra social. Lo negado abstractamente subsiste y nos determina, como nos