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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 6(1), enero-junio 2025, pp. 91-114.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/6.1.6.
caso por caso y enmarcado desde una teleología que apunte a una
heurística socioeducativa. Por el contrario, las prácticas son orienta-
das desde un recetario repetitivo y homogéneo, donde las técnicas de
exploración psicológica son denidas de manera industrial y unifor-
me, independientemente de las singularidades de cada adolescente, lo
que genera una fábrica de informes judiciales que objetivan y cristali-
zan al sujeto desde un examen exhaustivo de la personalidad.
Una vez que los adolescentes atraviesan el ltro de los automatis-
mos psicodiagnósticos y la lógica pericial, los programas psicológicos
implementados durante, al menos, la última década en los centros de
privación de libertad continúan bajo una hermenéutica tratamental
de la práctica. Esta psicologización criminológica tiende a interpretar
la violencia y el delito desde una perspectiva de responsabilidad indi-
vidual, desestimando las inuencias contextuales y estructurales. Son
bastos los ejemplos de estos programas. Uno de los más emblemáti-
cos de este esquema tratamental fue el Programa de tratamiento grupal
«Control de la ira». Guía de actividades y dinámicas (Instituto Nacional de
Inclusión Adolescente, 2016), basado en el libro Enjaula tu furia (Cullen,
1992), que fue impulsado desde el programa psicosocial y llevado ade-
lante en durante 2016.
Este manual, muy resistido entre los psicólogos que lo aplicaron en
general, proponía técnicas protocolizadas orientadas a que los adoles-
centes se conocieran más a sí mismos y controlaran sus sentimientos
de enojo (, 2016). La propuesta adopta un enfoque paradójico y,
en cierto sentido, contradictorio. Se inscribe dentro del escenario ia-
trogénico y confusional de lo que el antropólogo Bateson (1976) de-
nomina como «doble vínculo», donde coexisten en un mismo registro
simbólico dos disposiciones antagónicas e irreconciliables. El manual
promueve un coaching inacionario de la autonomía emocional y la
omnipotencia narcisista, proclamando que «nadie puede hacer que te eno-
jes, nadie puede hacerte sentir nada; tú decides cómo quieres sentirte» (,
2016, apud Estrade Weikert, 2019, p. 148). No obstante, este mensaje
parece irónicamente fuera de lugar en un contexto de encierro forzoso,
que, por denición, limita y restringe la autonomía y la libertad de los