SOLDADURAS DE TRANSFERENCIA:
EFECTOS TRAUMÁTICOS EN UNA
VÍCTIMA DE TRAUMA OCULAR
TRANSFERENTIAL WELDS: TRAUMATIC EFFECTS
ON A VICTIM OF OCULAR TRAUMA
SOLDADURAS DE TRANSFERÊNCIA: EFEITOS
TRAUMÁTICOS EM UMA VÍTIMA DE TRAUMA OCULAR
Eduardo Pérez Carrasco
Universidad Diego Portales
Santiago de Chile, Chile
Correo electrĂłnico: ps.eduardo.perez.c@gmail.com
ORCID: 0000-0002-3788-073X
Christopher Berrios Morales
Universidad Alberto Hurtado
Santiago de Chile, Chile
Correo electrĂłnico: christopher.berrios.m@gmail.com
ORCID: 0009-0009-9455-5747
Recibido: 13/2/2025
Aceptado: 2/5/2025
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalĂ­tica, 6(1), enero-junio 2025, pp. 73-90.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en lĂ­nea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/6.1.5.
Para citar este artĂ­culo / To reference this article / Para citar este artigo
BERRIOS MORALES, C. y PÉREZ CARRASCO, E. (2025). Soldaduras de transferencia:
efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular.
Equinoccio. Revista de psicoterapia
psicoanalĂ­tica, 6
(1), 73-90. DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/6.1.5.
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Submitted: 2/13/2025
Accepted: 5/2/2025
Recebido: 13/2/2025
Aceite: 2/5/2025
Resumen
En octubre de 2019, Chile viviĂł la mayor movilizaciĂłn de su historia, motivada por
décadas de injusticias, que develó el descontento generalizado hacia el sistema capita-
lista neoliberal. Las protestas fueron violentamente reprimidas y resultaron en viola-
ciones a los derechos humanos, que incluyeron torturas, abusos sexuales, asesinatos
y traumas oculares. En este trabajo se busca comprender los efectos traumĂĄticos de la
violencia estatal, tanto en los individuos como en la sociedad, con foco en la denegaciĂłn
y perversiĂłn del gobierno. Se analiza el rol del otro en la clĂ­nica de lo traumĂĄtico ocu-
pando una viñeta clínica y visitando conceptos de Freud, Ferenczi, Winnicott, Davoine,
GaudilliĂšre y Aceituno.
Palabras clave: violencia, desmentida, trauma, perversiĂłn.
Abstract
In October 2019, Chile experienced the largest mobilization in its history, driven by
decades of injustice and revealing widespread discontent with the neoliberal capitalist
system. The protests were met with violent repression, resulting in human rights
violations including torture, sexual abuse, killings, and ocular trauma. This paper aims
to understand the traumatic effects of state violence on both individuals and society,
focusing on denial and perversion by the government. We analyze the role of the Other
in the clinic of trauma, drawing on a clinical vignette and revisiting concepts from Freud,
Ferenczi, Winnicott, Davoine, GaudilliĂšre, and Aceituno.
Keywords: violence, denial, trauma, perversion.
Resumo
Em outubro de 2019, o Chile vivenciou a maior mobilização de sua história, mo-
tivada por décadas de injustiças, revelando o descontentamento generalizado com o
sistema capitalista neoliberal. Os protestos foram violentamente reprimidos, resul-
tando em violaçÔes de direitos humanos, incluindo torturas, abusos sexuais, assassi-
natos e traumas oculares. Este trabalho busca compreender os efeitos traumĂĄticos da
violĂȘncia estatal, tanto nos indivĂ­duos quanto na sociedade, com foco na denegação e
perversĂŁo por parte do governo. Analisamos o papel do outro na clĂ­nica do traumĂĄtico,
utilizando uma vinheta clĂ­nica e revisitando conceitos de Freud, Ferenczi, Winnicott,
Davoine, GaudilliĂšre e Aceituno.
Palavras-chave: violĂȘncia, desmentida, trauma, perversĂŁo.
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SOBRE EL CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO
DE LA CLÍNICA DEL TRAUMA1
En el presente trabajo2 revisaremos el caso de S, quien fue vĂ­ctima
de trauma ocular en el contexto del estallido social en Chile en el año
2019, en donde se repitieron violaciones a los derechos humanos al
igual que en la dictadura de Pinochet.3 Para lograrlo iniciaremos una
revisiĂłn de las principales teorizaciones de lo traumĂĄtico, desde Freud
hasta psicoanalistas actuales, y visitaremos diferentes pasajes del
caso clĂ­nico, tratando de modelar las piezas sueltas del rompecabezas,
que buscan en la escritura un nudo simbolizante del lazo cortado por
la violencia. Por ende, la revisiĂłn del caso pasarĂĄ permanentemen-
te desde viñetas a aspectos teóricos como un vaivén asociativo en el
que intentaremos trabajar en profundidad. Sin embargo, no es posible
adentrarnos en cada uno de los detalles clĂ­nicos por un tema de ex-
tensiĂłn, pero invitamos al debate sobre puntos que puedan quedar
enunciados y que requieren de otros aportes en el futuro.
En el trabajo realizado por uno de nosotros en el Centro de Salud
Mental Dr. GermĂĄn Greve, se recibiĂł en marzo de 2020 el caso de S, quien
llegaba derivado desde el Hospital del Salvador (Providencia, Chile), don-
de habĂ­a sido evaluado por el Programa de ReparaciĂłn OftalmolĂłgica.
1 El editor Diego Monetti aprobĂł este artĂ­culo.
2 Este trabajo fue presentado en su versiĂłn preliminar por los autores en el XXXII
Encuentro Latinoamericano del pensamiento de D. W. Winnicott Chile, el 16 de no-
viembre del 2024.
3 El paciente presentado en este trabajo rmó el consentimiento informado de la
revista y accedió a divulgar su caso. De todas formas, es importante tanto para él
como para nosotros dejar por escrito que publicar parte de su historia clĂ­nica per-
mite, de alguna manera, inscribir en la memoria colectiva su testimonio y con ello
consagrar algo de restituciĂłn en la bĂșsqueda de justicia. Se invita a leer este artĂ­cu-
lo con la sensibilidad que merece pensar en una clĂ­nica de la violencia traumĂĄtica
extrema.
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
Este programa fue el primer intento estatal por contener la situaciĂłn
de violencia policíaca, con el n de dar curso a la atención integral de
vĂ­ctimas en el perĂ­odo del estallido social. S venĂ­a derivado sin ninguna
indicaciĂłn de su trauma ocular, Ășnicamente con la referencia a un po-
sible trastorno afectivo bipolar y mucho acento en el consumo proble-
mĂĄtico de alcohol y cocaĂ­na. Desde el comienzo, en el caso sorprende la
omisiĂłn de la violencia estatal en la derivaciĂłn, lo cual interpretamos
como un acto de denegaciĂłn de los equipos de salud.
La denegaciĂłn es la base de los procesos traumĂĄticos. Para en-
tenderlo y comenzar a pensar el caso de S, es importante recorrer
los diversos planteamientos sobre qué se entiende como trauma en
la teorizaciĂłn psicoanalĂ­tica: incluir las ideas freudianas que han
dado un estatuto a lo traumĂĄtico en su condiciĂłn de irrupciĂłn en la
vida psĂ­quica, pasando por las controversias sostenidas con Ferenczi
(1934/1981, 1933/1984, 1932/1997), hasta llegar a las inuencias de lo
que se ha conocido como clínica de lo traumåtico, con la inuencia de
autores franceses y posteriormente latinoamericanos.
SOBRE LO TRAUMÁTICO EN PSICOANÁLISIS
Y LO POLÍTICO DE LA CLÍNICA DEL CASO S
En los escritos de Freud sobre Las neurosis de guerra (1919/1986b), se
observa la emergencia de una teorĂ­a traumĂĄtica concatenada con una
realidad social compleja, la posguerra y la desilusiĂłn del proyecto de la
modernidad y la ilustraciĂłn. Estos desarrollos (Freud, 1919/1986b) in-
volucran una concepciĂłn econĂłmica del fenĂłmeno donde los montos
de estĂ­mulo interno son excesivos en relaciĂłn con las posibilidades de
contenciĂłn del aparato psĂ­quico, tanto respecto de un acontecimiento
violento externo, como de la acumulaciĂłn de excitaciones internas.
Es decir, se trata de un estado de desvalimiento en el cual el sujeto es
incapaz de darles trĂĄmite a dichos estĂ­mulos (Freud, 1919/1986b).
Freud (1919/1986b) graca las relaciones entre un organismo y
su medio ambiente, y señala que aquel se mantiene protegido de los
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estĂ­mulos externos a travĂ©s de una capa protectora que los ltra para
hacerlos tolerables. No obstante, cuando la protecciĂłn sufre una gran
efracciĂłn por los estĂ­mulos del medio, se genera el trauma. En con-
secuencia, el aparato psĂ­quico tiene el trabajo de movilizar toda su
energía para contrarrestar los montos de estímulos hipertrócos, ge-
nerar una contrainvestidura para detener las cantidades y restablecer
el funcionamiento del principio del placer y de constancia, es decir,
ligar las excitaciones y dar las condiciones para su posterior descarga.
En el caso de S se observa cĂłmo dicho monto de estĂ­mulo se en-
marca en la destrucciĂłn fĂ­sica del ojo derecho por el impacto de un
proyectil balĂ­stico percutado por Carabineros de Chile. Con ello no solo
barraron su subjetividad, sino que también marcaron en su psiquismo
un antes y un después de la violencia. Es remarcable cómo la analogía
dinĂĄmica y pulsional freudiana puede tener correlaciĂłn con la energĂ­a
balĂ­stica y el impacto del perdigĂłn, que no llega solo al cuerpo, sino
también al inconsciente y entra, así, en el complejo entramado de la
desfragmentaciĂłn entre lo real y lo simbĂłlico.
Dichas perturbaciones fueron observadas constantemente en el
caso. Sus intentos de resoluciĂłn de la problemĂĄtica traumĂĄtica esta-
ban en el surgimiento de los sĂ­ntomas, que hoy en dĂ­a podrĂ­amos en-
tender como parte del trastorno de estrés postraumåtico. Estas sin-
tomatologĂ­as fueron sistemĂĄticamente confundidas por psiquiatras,
trabajadores sociales y otros colegas como parte de sintomatologĂ­a
manĂ­aco-depresiva o de consumo de sustancia, cuando en realidad se
convocan dichos afectos producto de la efracciĂłn descrita por Freud
(1919/1986b).
En la segunda teorĂ­a de la angustia desarrollada por Freud en
InhibiciĂłn, sĂ­ntoma y angustia (1925-1926/1986a), continĂșa trabajando la
problemåtica del trauma. Señala que el yo despliega la señal de angus-
tia para evitar su desborde por la angustia automĂĄtica, propia de los
traumatismos, en los que el sujeto se encuentra desamparado y el yo
podrĂ­a ser atacado desde afuera y desde adentro. La interiorizaciĂłn del
traumatismo complejiza el modelo de la vesĂ­cula y su medio, en tanto,
podrĂ­amos decir, se ataca desde dentro al sujeto, aprĂšs-coup.
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
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Las teorizaciones sobre lo traumåtico también tienen otras apre-
ciaciones en el psicoanĂĄlisis. De hecho, sabemos que la concepciĂłn del
trauma ha dado una multiplicidad de debates epistémicos, ontológi-
cos y ético-políticos, que han afectado tanto la teoría como la clínica
psicoanalĂ­tica. Por ello, es importante mencionar que no podemos ha-
cernos cargo de estas divergencias del todo importantes y que la selec-
ciĂłn teĂłrica para esta revisiĂłn es la que hemos decidido mĂĄs atingente
segĂșn la lectura propia del caso. Queda para prĂłximas publicaciones
el volver al debate sobre el trauma en psicoanĂĄlisis y sus divergencias.
Después de Freud (1925-1926/1986a), Ferenczi (1934/1981) se pro-
pone comprender el accionar del traumatismo, e indica que la conmo-
ción se relaciona etimológicamente con la ruina. La pérdida de la pro-
pia forma. Signica entonces: «la anulaciĂłn del sentimiento de sĂ­, de la
capacidad de resistir, de actuar y de pensar en defensa del propio yo»
(Ferenzi, 1934/1981, p. 153). Este choque, que puede ser fĂ­sico, psĂ­quico
o bien ambos, ocurre por sorpresa, sin preparaciĂłn, mientras el sujeto
se encuentra seguro de sĂ­ mismo y del ambiente, lo que posteriormen-
te al traumatismo cambia, ya que pasa a tener poca o nula conanza.
En dichas teorizaciones, Ferenczi (1934/1981) logra abrir una apertura
a las nociones freudianas ya existentes en la época.
Siguiendo con el caso de S, es relevante cĂłmo el analizado llegĂł
a desarrollar su consumo problemĂĄtico. En relaciĂłn con lo plantea-
do, su adolescencia consistiĂł en poder distanciarse de un padre que
romantizaba las «ventajas» de la dictadura militar de Pinochet y en
recibir mĂșltiples formas de maltrato, lo que lo llevĂł a buscar una sa-
lida a través del punk y el consumo de drogas. En el espacio del punk
se desarrolla una mirada polĂ­tica crĂ­tica y se colectiviza con la mĂșsica
una bĂșsqueda por la lucha social; en el analizado signicĂł momentos
e intentos de inscripciĂłn y resistencia a la anulaciĂłn del yo por parte
del padre. Con esto podemos ver que en el caso de S la traumatizaciĂłn,
tanto en su forma de efracciĂłn como de denegaciĂłn, venĂ­a movilizĂĄn-
dose desde temprana edad.
Por temas de espacio, en este escrito no serĂĄ posible trabajar en
profundidad la relaciĂłn del paciente y su padre, pero sĂ­ es importante
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mencionar, para no perder la articulaciĂłn lĂłgica de las ideas, que el
padre cumple una funciĂłn traumĂĄtica en S desde su infancia al dene-
gar toda expresiĂłn subjetiva. La analogĂ­a totalizadora del padre como
un otro amo es relevante, ya que la introyecciĂłn simbĂłlica se proyecta
en la relaciĂłn de S con la sociedad y el Estado. Finalmente, en una
forma de repeticiĂłn, este Ășltimo termina utilizando la posiciĂłn de esa
función paterna en el sadismo máximo de un superyó hipertroado
que busca aniquilar real y simbĂłlicamente a S. Este punto no es me-
nor, ya que, a diferencias de otras formas o casos de violencia trau-
mĂĄtica extrema ejercida por el Estado, en este caso podemos observar
que el trauma estĂĄ en el orden de la repeticiĂłn. Esto lleva a S a la des-
esperanza y el desamparo. Por lo tanto, la sintomatologĂ­a del caso se
asocia con una multiplicidad de fallas ambientales que promovieron
la apariciĂłn temprana del trauma, que se fue reforzando y anclando a
la lógica transgeneracional de lo traumåtico, como también a la repe-
ticiĂłn histĂłrica de las violencias del Estado chileno, en dictadura y en
el estallido social.
Lo recién expuesto del caso se puede analizar en relación con los
efectos intrapsíquicos del traumatismo. Ferenczi (1934/1981) señala la
angustia como consecuencia de la conmoción, o sea, como un «sen-
timiento de incapacidad para adaptarse a la situación desagradable»
(p. 155). AsĂ­, el displacer puede aumentar hasta tener que descargarse
por algĂșn medio, y la autodestrucciĂłn emerge como una posibilidad
de liberaciĂłn preferible al sufrimiento (una forma posible de entender
el consumo de S), aunque a costa de la sĂ­ntesis de las formaciones
psĂ­quicas unitarias, junto con la consecutiva confusiĂłn mental o la
ambivalencia de los afectos.
En su trabajo sobre la ConfusiĂłn de lenguas entre los adultos y el
niño, Ferenczi (1933/1984) continĂșa desarrollando las consecuencias
del traumatismo por la violencia de los adultos contra los niños, no
solo en términos sexuales, sino también respecto de castigos violen-
tos, y señala la emergencia de intensos montos de ansiedad y consi-
dera su natural desvalimiento fĂ­sico y psĂ­quico. Ahora bien, Ferenczi
(1932/1997) describe un elemento fundamental en sus concepciones
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
sobre el traumatismo: el comportamiento de los adultos hacia el niño
luego de ser maltratado o abusado por un perverso. Al respecto sostie-
ne que «A la confusión traumåtica solo se llega, la mås de las veces,
cuando ataque y respuesta son desmentidos por el adulto» (Ferenczi,
1932/1997, p, 241). Esta clave es esencial para nuestro trabajo y para
entender la diferencia entre los planteamientos de Freud y los poste-
riores aportes psicoanalĂ­ticos sobre lo traumĂĄtico. En el caso de S, se
pueden observar ambas claves. Por un lado, se desmiente el ataque de
un padre desubjetivante y del Estado chileno agresor, y luego la res-
puesta en las dos instancias deniegan el cuidado y lo vivido. En este
punto especícamente vemos el desamparo y la impunidad que revis-
te a su caso, sin acceso a la justicia ni a la reparaciĂłn, mucho menos
a la visualizaciĂłn.
Lo anterior es considerado el segundo momento, y es este el que
establece lo traumĂĄtico. En el caso de S, la denegaciĂłn del trauma ocu-
lar constituye una expresiĂłn de la desmentida del sujeto del lazo so-
cial. Para Rosolato (1991), la nociĂłn de lo traumĂĄtico se establece en
términos de lo desmentido, desestimado y renegado, lo que implica la
exclusión no solo de la relación simbólica, sino también de lo real y lo
imaginario. La fuerza de lo traumĂĄtico es en esencia denegatorio; por
ello, en el caso de S no fue solo el perdigón en su ojo, sino también la
respuesta ausente y denegatoria del Estado, la cual se inscribe como
repeticiĂłn de las denegaciones de su padre. El Estado le deberĂ­a haber
brindado atenciĂłn integral frente a la realidad polĂ­tica de su caso clĂ­-
nico. Es decir que quienes cumplen la funciĂłn paterna y de cuidado la
pervierten para ejercer la violencia. Hipotetizamos aquĂ­ que la exacer-
baciĂłn de su patologĂ­a obedece a la falta de atenciĂłn institucional pos-
terior a la violencia, lo que sugiere pensar el dispositivo clĂ­nico desde
las lĂłgicas del anĂĄlisis y cuestionar la denegaciĂłn estatal, que en su
inoperancia e impunidad, profundizan la complejidad del caso de S.
Retornando a la complejidad de lo traumĂĄtico en psicoanĂĄlisis, los
aportes de Winnicott (1963/1993b) desarrollan el concepto de trauma
en relaciĂłn con la idea de falla ambiental. Esta estĂĄ, a su vez, articulada
con la teorĂ­a del desarrollo emocional infantil, en tanto que dichas
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fallas, en el orden de lo traumĂĄtico, comprenden la interrupciĂłn de
los procesos de maduraciĂłn emocional. MĂĄs que como factor de cre-
cimiento en tanto ambiente facilitador, interrumpen la continuidad
existencial. Winnicott (1965/1993a), a propósito del caso de una niña
abusada por un perverso, toma en cuenta a la familia y al concep-
to de falla, y señala que «la idea de trauma implica tomar en cuenta
factores externos; en otras palabras, corresponde a la dependencia. El
trauma es una falla relativa a la dependencia» (p. 178). En este sentido,
la violencia es traumĂĄtica no solo por interrumpir los procesos de ma-
duración en una etapa de dependencia relativa, sino también porque
los adultos a cargo de los cuidados fallan en su labor de funcionar
como una protecciĂłn contra el trauma. No solo no lograron impedir y
controlar su propia violencia, sino que agregan falta de comprensiĂłn,
castigos, no credibilidad y silenciamiento, en la lĂ­nea de lo trabajado
por Ferenczi (1932/1997).
Winnicott (1960/1984b) plantea que la sociedad, las leyes e incluso
la polĂ­tica son representantes de los padres, pero que cumplen sus
funciones en esferas mås generales que la familia. «Estos círculos cada
vez mĂĄs amplios, que llegan a convertirse en agrupamientos polĂ­ti-
cos, religiosos o culturales en la sociedad, y quizĂĄs en el nacionalismo
mismo, constituyen el producto nal de algo que se inicia con el cui-
dado materno» (Winnicott, 1960/1984b, p. 124). Siguiendo esta idea,
si la sociedad, la polĂ­tica y las leyes representan a los padres y sus
funciones, aquellos tambiĂ©n pueden fallar en identicar y satisfacer
las necesidades de los ciudadanos de los cuales estĂĄn a cargo, dejarlos
desamparados y provocar su traumatismo.
En este sentido, en la revuelta social el Estado chileno no solo fallĂł
en comprender e intentar cumplir con las necesidades de las personas,
en sostener y manejar sucientemente bien sus profundos malestares
relacionados con la insatisfacciĂłn de necesidades bĂĄsicas. Siguiendo a
Winnicott (1960/1984b), el Estado generĂł un traumatismo al controlar
y reprimir a los ciudadanos por medio de una brutal violencia fĂ­sica y
psicolĂłgica, tal como plantea Ferenczi (1933/1984) respecto de los cas-
tigos violentos de los padres. Siguiendo a este Ășltimo autor, el gobierno
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
del presidente Piñera habría fallado y traumatizado en el momento
mismo de los hechos. Actualmente existe otro gobierno de turno y con
una postura supuestamente en favor de la revuelta. Sin embargo, al
individualizar cada una de las causas legales y desmentir el hecho de
la violaciĂłn sistemĂĄtica de los derechos humanos, el presidente Boric
repitiĂł el desamparo y la impunidad en este y en otros miles de casos,
algunos de los cuales fueron desestimados por la justicia chilena, y
otros en donde sus procesos se han estancado sin resultados. De cual-
quier modo, el Estado y los gobiernos no han desplegado el cuidado ni
la justicia necesarios.
DIRECCIONES SOCIOPOLÍTICAS DE LA CLÍNICA
DE LO TRAUMÁTICO EN EL CASO DE S
Respecto de la perversiĂłn en articulaciĂłn con lo que hemos ido
trabajando, el trauma ocular perpetrado por las fuerzas del Estado, en
el marco de sistemĂĄticas violaciones a los derechos humanos, puede
ser leĂ­do desde lo desarrollado por Davoine y GaudilliĂšre (2011). Los
autores se preguntan por la denición de la perversión e indican que
implica «una desubjetivaciĂłn total, una cosicaciĂłn del sujeto, una
insensibilidad, una manera de hacer sufrir, hacer sentir al otro sen-
saciones para vampirizarlo, un lazo social de corrupción» (Davoine y
GaudilliÚre, 2010, p. 34). Señalan la presencia de una mecånica perver-
sa de los sistemas sociales totalitarios, como las dictaduras, en donde
no hay lugar para el sujeto en su particularidad. De este modo, amplĂ­an
las concepciones de lo perverso en psicoanĂĄlisis, no solo a nivel indivi-
dual respecto de un agresor sexual de niños (Ferenczi, 1934/1981), sino
que también a la violencia del Estado y la sociedad.
Si bien Davoine y Gaudilliùre (2010) se reeren al discurso y al fun-
cionamiento de las guerras y las dictaduras, podemos articular esta
mecĂĄnica perversa con los procesos polĂ­ticos y estatales ejecutados du-
rante y después de la revuelta social del 2019-2020 en Chile. Los discur-
sos negacionistas del sistema polĂ­tico y diversas instituciones estatales
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—como el Instituto Nacional de Derechos Humanos—, en relación con
las torturas, las muertes y las mutilaciones oculares, y su sistematici-
dad, resultaron en la ausencia de reparaciĂłn de esas violencias, lo que,
al no ser reconocido, no logra la restituciĂłn del lazo social de las vĂ­cti-
mas, sino su retraumatizaciĂłn. Esta mecĂĄnica perversa, que involucrĂł
la complicidad conjunta de todos los poderes del Estado y de institu-
ciones pĂșblicas, incluidos tribunales de Justicia, buscĂł un camino «pa-
cíco» y de acuerdo entre la clase polĂ­tica para la construcciĂłn de una
nueva constituciĂłn, pero lo hizo a costa de las vĂ­ctimas de violaciones
de derechos humanos. Estos hechos fueron negados y no reparados,
mientras que el Estado y sus poderes parecieron desafectados en sus
discursos y en sus polĂ­ticas pĂșblicas de justicia y reparaciĂłn.
El proceso llamado Acuerdo por la Paz, celebrado el 15 de noviem-
bre del 2019, consistiĂł en que todas las fuerzas polĂ­ticas partidistas
chilenas aunaron criterios para convocar a una nueva constituciĂłn,
pero despuĂ©s de varias votaciones no llegĂł a ningĂșn lugar. Los signi-
cantes ocupados por los polĂ­ticos resuenan con la idea de la desmenti-
da en lo traumĂĄtico, ya que enuncian la paz sin juicio de las existentes
violaciones a los derechos humanos, menos aĂșn garantizan la restitu-
ciĂłn, sino solo su completa impunidad.
En una direcciĂłn similar, Aceituno (2009, 2010) trabaja sobre la
constituciĂłn psĂ­quica y la clĂ­nica de lo traumĂĄtico en relaciĂłn con las
condiciones necesarias para la traducciĂłn de las vivencias en el orden
representacional, en lo que tiene el ambiente la posibilidad de favore-
cer o bien derrumbar este trabajo psĂ­quico de simbolizaciĂłn primaria.
En este sentido, al trabajar el texto de Freud (1925/1986c) sobre la ver-
neinung, Aceituno (2010) se reere al juicio de inexistencia o no-juicio
de existencia, operación a-judicativa de un otro signicativo que im-
plica la negaciĂłn de la realidad de determinada vivencia, que quedarĂ­a
sin una inscripciĂłn psĂ­quica. La falta de un trabajo primario de tra-
ducciĂłn, de la realidad en cuanto tal y de los efectos de dicha realidad
en el propio sujeto afecta en algunos casos la existencia del propio
sujeto. Esto generarĂ­a, segĂșn el autor, una inseguridad ontolĂłgica y
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
una inconstancia en la propia continuidad individual, propia de los
funcionamientos fronterizos y estados narcisistas (Aceituno, 2010).
Asimismo, Aceituno (2010) expone la presencia de una polĂ­tica
denegatoria, característica de las empresas totalitarias del siglo  y
, las cuales despliegan intentos de borrar vivencias de derrumbe
y desaparición. Estas quedan sin lugar «en la medida que el objetivo
de tal empresa sería “no dejar huellas”: no solo de los “contenidos” de
la experiencia vivida, sino de la existencia misma del sujeto (o de los
colectivos) de abarcarla» (Aceituno, 2010, p. 79). El autor aclara que las
negaciones a las que se está reriendo en esta política no involucran la
represiĂłn, sino la desapariciĂłn, que estĂĄ en relaciĂłn con lo irrepresen-
table y la total carencia de testimonio, asĂ­ como con la desapariciĂłn
psĂ­quica y la fractura del lazo social. Estas negaciones histĂłricas, que
implican los mecanismos de desmentida y rechazo, funcionan por me-
dio del clivaje psĂ­quico y tienen por objetivo la destrucciĂłn, en casos
extremos, de la propia existencia. Agrega que son «mecanismos que
implican no solo a individuos, sino a colectivos o incluso a sociedades
enteras —como en el caso de las empresas de destrucción propias a
los totalitarismos—» (Aceituno, 2010, p. 80). Con esto, puede claramen-
te entenderse que, si bien en Chile los sucesos del estallido social ocu-
rrieron en democracia, los mecanismos totalitaristas de la dictadura
perduraron en las formas del terror de Estado, la tortura y las violacio-
nes a los derechos humanos.
Articulando los planteamientos de Winnicott (1950/2006, 1956/1999,
1984a) y Aceituno (2011) con el caso de S, en marzo de 2023 el paciente
recibe una de las noticias mĂĄs dolorosas: el Estado de Chile en el gobier-
no de Gabriel Boric declara que no hubo violencias sistemĂĄticas de los
derechos humanos durante el estallido social. Esto lleva a que su pro-
blemĂĄtica de trauma ocular quede sin proceso judicial y sin reparaciĂłn
a travĂ©s de una polĂ­tica pĂșblica. Luego se publica la ley NaĂ­n-Retamal,
que hace denitiva la completa impunidad de su caso. El paciente se
descompensa, desarrolla riesgo suicida y transita un episodio manĂ­aco-
depresivo. Al mismo tiempo, su mejor amigo, que también había sufri-
do de trauma ocular, se suicida en el metro de Santiago, en la estaciĂłn
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Baquedano, debido a la revictimizaciĂłn que produjeron los dos motivos
antes mencionados. No vio futuro posible, podrĂ­amos pensar.
Si bien el trauma ocular del paciente ocurriĂł en contexto demo-
crĂĄtico y no en dictadura, igualmente se realizĂł un trabajo denegato-
rio por el Estado respecto de la violaciĂłn de los derechos humanos, con
la nalidad de contener la revuelta por medio de un acuerdo político.
En este quedó excluida la ciudadanía, tal como señala Lira (2021): «La
sociedad chilena ha fundado la paz social en la impunidad de los abu-
sos desde los inicios de su historia» (pårr. 3).
En relaciĂłn con el caso clĂ­nico y su proceso, se trabaja con el pa-
ciente en su reinserciĂłn laboral con foco en su reintegraciĂłn social
mås que en la productividad económica, subjetivando su vida a través
del quehacer. S decide emprender el camino de la soldadura, un pro-
ceso que le resulta muy difĂ­cil considerando sus capacidades oculares
posteriormente a los traumas. En paralelo, su psicoterapeuta también
aprende el ocio de la soldadura para construir un horno de pizza na-
politano en su casa. Durante las sesiones, comparten conocimientos
sobre el tema y, a través de la asociación libre, crean juntos un método
de soldadura inversa que permite a S, pese a su traumatismo ocular,
trabajar adecuadamente, es decir, de derecha a izquierda. Para el pa-
ciente, la soldadura representa la posibilidad de soldar sus traumas,
ligarlos como diría Freud (1919/1986b); arma que soldar de manera
inversa, de derecha a izquierda (analogĂ­a polĂ­tica-simbĂłlica y real), es
como rehacer su historia y ser él mismo, un acto de reconocimiento y
restituciĂłn psĂ­quica (Winnicott, 1970). Esta intervenciĂłn cumple una
funciĂłn restitutiva del lazo social de S con los otros, implica volver a
conar en el cuidado.
En esta lĂ­nea, Davoine y GaudilliĂšre (2011) trabajan con una clĂ­ni-
ca del trauma que busca establecer la verdad en el paciente por me-
dio de la transferencia, reconstruyendo el lazo social fracturado por la
violencia de las guerras y dictaduras. Proponen un trabajo clĂ­nico que
permita un espacio de encuentro entre el analista y el analizado, para
que este reconozca la acciĂłn del trauma por medio de la transferencia,
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
donde el analista pueda encontrar fragmentos de su propia experien-
cia, como ilustra el ejemplo de la soldadura en el caso de S.
SegĂșn lo anterior, ÂżcĂłmo posibilitar la elaboraciĂłn del traumatismo
en sujetos y comunidades que han vivido violencias constantemente
denegadas por el Estado? Intentando dar respuesta a la pregunta an-
terior, Aceituno (2010) trabaja el problema de las huellas de lo que no
ha dejado huella, lo que involucra la presencia fundamental del otro
para el despliegue de los procesos de simbolizaciĂłn, en particular res-
pecto de la transferencia. Dice: «son los recursos simbolizantes prove-
nientes del otro, de su propia capacidad de juicio y de pensamiento,
los que ofrecen la posibilidad constructiva de un espacio donde tales
experiencias puedan tener lugar, es decir, ser simbolizadas» (Aceituno,
2010, p. 81). Se trata de los recursos creativos y organizadores del ana-
lista que posibilitan un espacio de interpretaciĂłn y construcciĂłn de
una realidad vivenciada, pero denegada y fragmentada, para ser reco-
nocida, en algunos casos por primera vez, y asĂ­ dar curso al tiempo y
el espacio que quedaron detenidos por la fractura del lazo social: una
soldadura del lazo social.
En el mismo sentido, pero ahora de manera mĂĄs amplia, Aceituno
(2010) reere que vivencias sociales de violencias denegadas tendrán
la posibilidad de ser simbolizadas siempre que exista «una cultura del
diĂĄlogo, del pensamiento, de la memoria» (p. 81) y —agregamos noso-
tros— un Estado que, en primer lugar, dĂ© reconocimiento a la violen-
cia perpetrada por las entidades policiales y militares que comanda, y
que asuma las responsabilidades polĂ­ticas y penales correspondientes.
Y, en segundo lugar, un Estado que despliegue polĂ­ticas pĂșblicas que
aboguen por la reparaciĂłn y la restituciĂłn de la violencia estatal, to-
mando nociĂłn de la importancia del cuidado y la contenciĂłn de las
vĂ­ctimas, y desarrolle un trabajo en lo clĂ­nico con horizontes de me-
moria y lazo transferencial sostenido por la restituciĂłn.
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REFLEXIONES FINALES SOBRE LOS HORIZONTES
DE LA CLÍNICA EN ESTE CONTEXTO
El terrorismo del Estado durante la dictadura militar ha sido am-
pliamente reconocido, lo que ha permitido polĂ­ticas pĂșblicas repara-
torias para varias generaciones de vĂ­ctimas. Sin embargo, una gran
parte de la polĂ­tica y la sociedad mantienen hasta el dĂ­a de hoy dis-
cursos impunes que justican y glorican a Pinochet y las atrocidades
cometidas por militares con la complicidad de polĂ­ticos y civiles. Un
ejemplo de esto es el acto pĂșblico realizado en la exsede del Congreso
Nacional en el mes de enero del presente año, donde Carlos Larraín,
como homenaje y con aplausos, agradece a Pinochet y al «gobierno»
de las Fuerzas Armadas durante el Concejo General de RenovaciĂłn
Nacional, al tiempo que se ocializa a Evelyn Matthei —hija de
Fernando Matthei, miembro de la Junta Militar del dictador— como
candidata para las prĂłximas elecciones presidenciales. Matthei, pos-
teriormente, en el mes de abril, señala que las muertes del golpe y
los primeros años de la dictadura militar eran inevitables, lo que da
cuenta de una marcada escisiĂłn en el paĂ­s y de constantes revictimi-
zaciones. Con ello, lo ocurrido en la revuelta social viene entonces a
recrudecer y cristalizar un lazo social ya resquebrajado, aĂșn no su-
cientemente suturado desde aquellos tiempos, donde la parte clivada
de la sociedad que desmiente los hechos y los efectos tomĂł el mando
como discurso hegemĂłnico respecto a los hechos ocurridos en octubre
del año 2019.
En conclusiĂłn, lo que se plantea en esta presentaciĂłn del caso de
S por medio del recorrido teĂłrico-clĂ­nico sobre el trauma en psicoanĂĄ-
lisis es cĂłmo la perversiĂłn y la desmentida estatal son el factor fun-
damental de retraumatizaciĂłn y revictimizaciĂłn, una piedra de tope
para restaurar el lazo social, desbordante de los lĂ­mites de lo clĂ­nico
(Aceituno, 2011). Mientras no haya justicia, habrĂĄ impunidad, y esta
sepultará la posibilidad de la suciente restitución psíquica y de la
cura. Por ende, la posiciĂłn clĂ­nica y polĂ­tica del analista no basta para
lograr el éxito del tratamiento psicoanalítico con pacientes que han
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Soldaduras de transferencia: efectos traumĂĄticos en una vĂ­ctima de trauma ocular
Christopher Berrios Morales y Eduardo Pérez Carrasco
vivido violencia estatal extrema, sino que se necesita de la integra-
lidad de la participaciĂłn del Estado, la sociedad y la cultura para la
reconstrucción de ese lazo social quebrantado, que dé lugar a aquello
de lo terrible a través de la memoria y el pensamiento.
En el caso de S, si bien no ha habido justicia por el Estado de Chile,
estos intentos clínicos de restitución son valiosamente signicativos
en una sociedad en donde abundan los discursos de odio y revictimi-
zaciĂłn. Es entonces relevante mostrar aquĂ­ que escribir los casos clĂ­ni-
cos con una lectura crítica y política es también una forma de acceder
a la justicia y a la memoria, en tanto inmortalizan la verdad y dan
posibilidad de futuro. Por lo tanto, es deber de los analistas pensar po-
lĂ­ticamente los casos de nuestros pacientes para no quedar anclados a
la neutralidad apĂĄtica y perversa o la desmentida. Por Ășltimo, en este
trabajo se entregan ciertas claves de la clĂ­nica de lo traumĂĄtico y sus
posibilidades de inscripciĂłn en la relaciĂłn de transferencia en la dĂ­ada
analĂ­tica, en el lazo social en la clandestinidad, como dirĂ­a Davoine
y GaudilliĂšre (2010), desde donde se hace la guerra a la desmentida
hegemónica y —nosotros agregaríamos— se producen soldaduras de
transferencia en la época del odio.
* * *
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