FUNCIONAMIENTOS AUTISTAS:
SENSORIALIDADES A ENLAZAR
AUTISTIC FUNCTIONING: SENSORIALITIES TO LINK
FUNCIONAMENTOS AUTISTAS: SENSORIALIDADES
PARA VINCULAR
Graciela Roca Pini
Asociación Uruguaya de Psicoterapia Psicoanalítica
Montevideo, Uruguay
Correo electrónico: grocapini@gmail.com
ORCID: 0009-0000-5452-6014
Karina Hackembruch Tourn
Asociación Uruguaya de Psicoterapia Psicoanalítica
Montevideo, Uruguay
Correo electrónico: karinahackembruch@gmail.com
ORCID: 0000-0001-6166-1812
Recibido: 19/3/2024
Aceptado: 30/4/2024
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo
HACKEMBRUCH TOURN, K. y ROCA PINI, G. (2024). Funcionamientos autistas:
sensorialidades a enlazar.
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5
(1), 107-123.
DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Submitted: 19 March 2024
Accepted: 30 April 2024
Recebido: 19/3/2024
Aceite: 30/4/2024
Resumen
Este artículo examina la problemática de las personas con funcionamientos au-
tistas en relación con esta convocatoria y desarrolla el concepto de lazo desde la pers-
pectiva de Golse. Se destaca la sensorialidad como el primer vínculo entre el cuerpo, el
psiquismo en desarrollo y el entorno. Se revisa el yo corporal en el desarrollo esperado
y el engarce sensorial desde lo intersubjetivo. Posteriormente, se analizan las altera-
ciones sensoriales en el autismo y sus efectos limitantes en el relacionamiento con
los demás y el mundo. Se busca integrar el psicoanálisis con aportes de las neurocien-
cias. Finalmente, se esbozan ideas sobre sensorialidades y contexto social, histórico y
cultural.
Palabras clave: autismo, yo corporal.
Abstract
This article examines the issue of people with autistic functioning in relation to this
call and develops the concept of bond from Golse’s perspective. Sensory experience is
highlighted as the rst link between the body, developing psyche, and environment. The
expected development of the bodily self and sensory linkage from an intersubjective
perspective are reviewed. Subsequently, sensory alterations in autism and their limiting
effects on relationships with others and the world are analyzed. The aim is to integrate
psychoanalysis with contributions from neuroscience. Finally, ideas are outlined about
sensorialities and social, historical, and cultural context.
Keywords: autism, bodily self.
Resumo
Este artigo analisa os problemas das pessoas com funcionamento autista em relação
a esse chamado e desenvolve o conceito de vínculo na perspectiva de Golse. O sensorial
é destacado como o primeiro vínculo entre o corpo, o psiquismo em desenvolvimento e o
ambiente. O eu corporal é revisto no desenvolvimento esperado e na conexão sensorial do
ponto de vista intersubjetivo. Posteriormente, são analisadas as alterações sensoriais no
autismo e seus efeitos limitantes na relação com os outros e com o mundo. Busca integrar
a psicanálise com contribuições das neurociências. Por m, são delineadas ideias sobre
sensorialidades e contexto social, histórico e cultural.
Palavras-chave: autismo, eu corporal.
109
1
INTRODUCCIÓN1
El presente artículo surge a partir de la ponencia de la Dra.
Graciela Roca en la mesa redonda «Sensorialidades, contextos y la-
zos: posibles perspectivas en torno de las infancias con funcionamien-
tos autistas» (2023), que fue la actividad introductoria del Seminario
Clínico Internacional Funcionamientos autistas: complejidades e interpela-
ciones, organizado por - y el Instituto Viva Infancia de Brasil.
Decidimos retomar esta ponencia para seguirla trabajando en un ui-
do y apasionante intercambio interdisciplinario, gestado en un lazo de
amistad y continuidad vincular desde hace tres décadas.
Nos sentimos, por un lado, invitadas con la convocatoria a escribir
en el presente volumen de Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoana-
lítica, bajo el título: «Vínculos: yo-otro, mundo», y, por otro, provoca-
das a pensar en la clínica de los autismos y su lugar en esta temáti-
ca. Emergió así la interrogante: ¿es pertinente presentar este artículo
aquí? Los autismos se encuentran muy ajenos a los «entresijos de
las dinámicas vinculares como escenarios de potencial sufrimiento»
(Consejo Editorial de Equinoccio, 2023, p. 8), están recorriendo aún de-
rroteros lejanos a las vincularidades y los posibles entrecruces entre
el sí mismo y el otro. En esta clínica, nos enfrentamos a un sí mismo a
construir, y el mundo al que se recurre con frecuencia es el propio, con
frases como «es de otro planeta» o «está en su mundo».
Retomamos a Golse (2021), quien plantea que, en la clínica de los
autismos y de bebés, se trata de inaugurar lazos, anteriores a los víncu-
los, en el más acá de la intersubjetividad y en el ahora de la sensoriali-
dad, del orden del ser, temática presente en esta convocatoria. Este autor
concuerda con Winnicott (1975) en la distinción entre el sentimiento
1 La editora María Victoria Patrón aprobó este artículo.
Contribución autoral: 50% Karina Hackembruch Tourn, 50% Graciela Roca Pini.
110
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
de ser, previo al establecimiento del objeto, y el sentimiento de existir,
que navega en aguas atravesadas por los otros. En estos niños, mien-
tras el potencial sí-mismo va desplegando su sentimiento de ser, el
estar con otros en el mundo se avizora muchas veces como utópico,
invocado y sostenido desde la familia y el equipo que acompaña al
niño. Como plantea Golse (2021), son pacientes que precisan de noso-
tros sin poder demandarlo. Acarrean sufrimientos que nos interpelan
desde una demanda intransitiva (Golse, 2021), es decir, no dirigida a un
otro, sino al afuera.
La temática de las sensorialidades y el autismo es muy actual den-
tro de diversos marcos teóricos que intentan explicarlas. Preferimos
hablar de funcionamientos autistas, una conceptualización más amplia
y dinámica que considera la plasticidad cerebral y resitúa al entorno
como partenaire inevitable de toda interacción o intercambio. Tomamos
prestadas las palabras de Joly (2019), quien dene dicho funciona-
miento como el investimento subjetivo y dinámico de las funciones de
acuerdo a potencialidades y equipamiento, aspectos históricos, con-
textuales, relacionales y defensivos.
YO CORPORAL Y SENSORIALIDADES
El yo corporal (Haag, 2018) se congura a partir del despliegue sen-
sorial, integrando sensaciones y su enlace con las emociones y pulsio-
nes. Desde el inicio de la vida, el bebé obtiene la primera noción de su
ser a través de ciertas inscripciones sensoriales rítmicas, lo que Haag
(2018, 2019) denomina primera estructura rítmica de continencia. Esta
estructura se inscribe en el diálogo tónico-emocional (Ajuriaguerra,
1979) entre las guras de crianza y el bebé, y comienza a conformarse
durante la gestación a partir de lo kinestésico-sonoro; lo visual se in-
corpora luego del nacimiento. Las conguraciones rítmicas contribu-
yen a la organización de la percepción, las emociones, las pulsiones y
los pensamientos, aspectos desarrollados por Haag (2018), pero sobre
los que no nos detendremos en este trabajo.
111
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
En los autismos existen fallas importantes en esta primera estruc-
tura de continencia a nivel visual y sonoro. Entonces, los bebés deben
aferrarse al tercer elemento de la ritmicidad sensorial, que además
otorga la continuidad entre el embarazo y la vida extrauterina: la ki-
nestesia. El movimiento adquiere, en los autismos, un rol central en la
búsqueda de cierta continuidad de su ser. Así, se aprecia cómo, a tra-
vés de los balanceos de diferentes partes del cuerpo o con sus deam-
bulares, procuran frenéticamente esta vivencia que les es retaceada
por otras vías. Al mismo tiempo, se deben activar en forma más inten-
sa los sentidos proximales para mantener un contacto adhesivo con el
otro o el entorno, que brinde cierto límite a través de lo fusional.
A la vez que el bebé se apronta para recibir los cuidados del entor-
no, que ociarán de plataforma para el encuentro signicativo con el
otro, se van conformando su yo corporal y las percepciones espaciales
(Haag, 2018, 2019). Haag (2018) plantea que la imagen corporal se cons-
truye progresivamente de arriba abajo, del eje vertical al horizontal. El
descubrimiento de las zonas erógenas genitales y anales se da en pa-
ralelo a la apropiación de los miembros inferiores. Según esta autora,
a los dos meses de edad un bebé comienza a experimentar la primera
integración corporal a través del encuentro de miradas, en el momento
de la alimentación (boca-pezón o boca-tetina), junto al sostén del cui-
dador, de la espalda y la cabeza, y sale así de lo bidimensional. La mi-
rada del adulto, en simultáneo con el sostén de la espalda, conguran
una primera experiencia de fondo. Se instalará el plano de fondo corpo-
ral, que se asienta en la espalda y en lo táctil, y que será prerrequisito
para la construcción de las continencias. En los niños con retraimiento
relacional de tipo autista, el plano de fondo se buscará mediante la
adhesión a supercies blandas o moldeables, o a través de la aproxima-
ción a supercies rígidas que le permitan cierta delimitación.
El segundo hito en el desarrollo del yo corporal se conquista aproxi-
madamente entre los dos y los cuatro meses con la adquisición del eje
vertical. El bebé accede a la primera continencia corporal al poder jun-
tar los miembros superiores en la línea media del cuerpo y delimitarlo
por detrás con la columna como bisagra. Esta consecución le posibilita
112
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
asir un objeto y focalizar la mirada en él, protorrepresentar la ausencia
en los juegos de manos, sostener la mamadera, un juguete, etcétera.
Cuando un bebé, por diferentes motivos, no puede prestar aten-
ción a su entorno, es decir psiquizar su excitación, no logra la con-
sensualidad de los estímulos que le llegan de un mismo objeto por
diferentes canales. En este estado de funcionamiento, no se encuentra
disponible para focalizar la mirada en el rostro del otro, en sus propias
manos, en el juguete que se le ofrece. Observaremos más adelante
que, como los niños con repliegue de tipo autista no acceden a la línea
media, el eje vertical funcionará clivado. Precisarán recurrir, por ejem-
plo, a la presencia adhesiva de objetos dobles (uno en cada mano) o
adherirse a paredes para sostener esa estructura corporal vivenciada
como no cerrada en el plano vertical.
Alrededor de los cuatro meses, a partir de sus logros madurati-
vos y de los ofrecimientos del entorno de crianza, el bebé comienza a
interesarse por su hemicuerpo inferior, lo cual le permitirá, progresi-
vamente, permanecer sentado. La oferta de nuevas posiciones y espa-
cios introducirá gradualmente vivencias de separación del cobijo cor-
poral del adulto. Un mundo nuevo se abrirá a partir de la ejercitación
de junturas y separaciones, dobleces y estiramientos de pelvis, cin-
tura y miembros inferiores. El bebé adquiere entonces el eje horizon-
tal e irá completando los bucles de retorno corporales (Haag, 1998).
Sobre estas conguraciones espacio-corporales irá construyendo la
tridimensionalidad, las envolturas, el ir y venir de los mecanismos
de proyección-introyección, un adentro y un afuera, entre otros. En
los niños con funcionamiento autístico, las estereotipias de saltitos,
el caminar en puntillas y la necesidad de probar el doblez de rodillas
y tobillos podrían estar manifestando fallas en la adquisición del eje
horizontal.
Otro mojón para el yo corporal es la articulación de la cabeza con
el resto del cuerpo, ligazón que se dará alrededor de los diez meses y
que incluye la incorporación del cuello como puente. En el desarrollo
esperable, el niño comprueba esta articulación mediante el movimien-
to de asentir. En los niños con autismos nos podemos preguntar si las
113
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
estereotipias de movimiento de cabeza, además de la estimulación
vestibular, no buscan evitar las vivencias de desprendimiento cefálico.
La sensorialidad constituye, entonces, el primer lazo en el ser hu-
mano entre su cuerpo, su psiquismo en ciernes y su entorno. Desde los
primeros intercambios con el otro se va a posibilitar la polisincronía
sensorial. En tal sentido, el encuentro íntimo durante la alimentación
(a pecho o con mamadera) congura la experiencia prínceps.
A partir del circuito que va de la sensación a la percepción, cada
persona va conformando su caudal de sensaciones, las cuales pasan
a ser parte de su sensorialidad, es decir, de su inicial y singular forma
de experienciar el mundo. Nos dice Lheureux-Davidse (2019) que la
transcripción a percepción no es automática, sino que exige un pasaje:
el pasaje por el otro de la relación. Este tránsito posibilita, mediante
diferentes sintonías afectivas sincrónicas, que las sensaciones puedan
ser representadas, o sea, volverse percepciones.
Al comenzar a conformarse el psiquismo, tanto afectiva como cog-
nitivamente, resulta importante contar con la capacidad de integrar
la experiencia sensorial para que se genere una envoltura corporal
(Anzieu, 1990, 1994). Cuando hay interferencias en esta integración,
en mayor o menor grado se distorsiona todo el entramado relacional
y psíquico que se tiene que ir entretejiendo en ese primer tiempo de
vida. Este entramado requiere de la indemnidad de los recursos del
bebé y de un otro que despierte e interpele los sentidos, que contribu-
ya en la metabolización de posibles excesos de estímulos o decodi-
que e integre por otra vía sensorial la experiencia, en el sentido de lo
transmodal o intermodal (Bower, 1977; Meltzoff, 1985; Stern, 1991).
En esta urdimbre, se alternarán momentos de danza armoniosa
con otros momento de desacople chirriante con sus diferentes inten-
sidades. Habrá situaciones donde lo decitario o disensorial del bebé
tenga tanto peso, que no habrá manera de adecuar el estímulo para
que haya acople; y habrá otras donde serán las falencias del entorno
las que tendrán más presencia.
Pensamos que el tópico de la sensorialidad dentro del autismo
puede tender puentes entre visiones que, muchas veces, resultan
114
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
dicotómicas o contrapuestas. Este entendimiento y diálogo es impres-
cindible para poder acercarnos a la comprensión de estas realidades,
que, más allá de enfoques o deniciones, conllevan para muchos niños
y familias un sufrimiento importante a lo largo de los años.
Acompañamos la postura de considerar el autismo como un fe-
nómeno multicausal y de evitar caer en la dicotomía cuerpo/psiquis,
neurogénesis/psicogénesis pura. Resaltamos la relevancia de la epige-
nética, sin desconocer que los factores genéticos tienen distinta im-
portancia e injerencia en las diferentes situaciones. En algunas, existe
solamente una predisposición, y allí el ambiente tiene mucha inuen-
cia en la expresión o no de la condición; mientras que, en otras situa-
ciones, los factores genéticos son relevantes.
Al rastrear los inicios de los desencuentros en el relacionamiento,
desde distintos enfoques se le da cada vez más importancia a cómo
se produce la decodicación, la modulación y la integración de las in-
formaciones. A través de estas informaciones el bebé entra en con-
tacto con su entorno y posibilita que el ambiente acompañe y acoja
las distintas modalidades sensoriales de ese bebé. Cuando algo en el
camino de la sensorialidad no discurre dentro de lo esperable, pode-
mos encontrarnos con distorsiones de la intensidad (hipo o hiper) o
con problemas de registro (detección e interpretación de señales), en
la modulación o en la integración sensorial. El procesamiento y la in-
tegración sensorial tienen gran vigencia en el terreno de las investi-
gaciones neurobiológicas. Psicoanalistas actuales de gran peso en la
psiquiatría infantil, como Golse o Muratori, las han tomado en consi-
deración para sus propios desarrollos teóricos y han integrado, así, las
neurociencias y el psicoanálisis.
En el ida y vuelta a partir del input sensorial, con información que
llega desde el entorno y desde el interior, se elabora una respuesta pre-
suntamente adaptativa y atravesada por lo intersubjetivo. Cuando en
el entramado que sostiene a la sensorialidad se producen alteraciones,
estas pueden generar tal carácter restrictivo a los niños con funciona-
mientos autistas, lo que Joly (2019) denomina prisiones autistas.
115
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
LA SENSORIALIDAD Y SUS ALTERACIONES
EN LOS AUTISMOS
A un bebé con hipersensibilidad sensorial, en la complejidad de los
primeros encuentros y desencuentros, le cuesta más alcanzar la sin-
cronía polisensorial, o polisensorialidad armoniosa al decir de Golse
(2021). Sin percepción polisensorial sincrónica es muy difícil percibir
al objeto como exterior a sí mismo y acceder a la intersubjetividad.
Este autor plantea que, en el desarrollo esperable, el bebé debe realizar
un tránsito desde la rudimentaria polisensorialidad asincrónica hacia
una sensorialidad transmodal sincrónica. Dicho tránsito es necesario
ya que, si bien la polisensorialidad asincrónica da cuenta que desde
el inicio de la vida el bebé puede transferir información de un sentido
a otro, al realizarlo en diferentes tiempos se ocasiona cierto caos in-
formativo. Cuando el bebé accede, con el auxilio atento del entorno, a
captar los ujos sensoriales de los diferentes sentidos en forma simul-
tánea, el camino al descubrimiento del objeto y la intersubjetividad
secundaria se encuentra despejado.
Para ello, precisa recurrir, en una fase intermedia, a la díada man-
telamiento-desmantelamiento (Meltzer et al., 1979), que le posibilita
organizar la demanda implicada en la multiplicidad sensorial. El des-
mantelamiento, entonces, ocia de puente entre la polisensorialidad
asincrónica y la sensorialidad transmodal sincrónica. Golse (2021)
plantea que los procesos enfatizados desde el psicoanálisis (mante-
lamiento-desmantelamiento) y desde las neurociencias (comodaliza-
ción sincrónica) son igual de necesarios y complementarios para el
devenir sensorial y la externalización del objeto. Mientras el prime-
ro transcurre en la intersensorialidad, el segundo se despliega en lo
intrasensorial.
En la clínica de los funcionamientos autistas observamos frecuen-
temente que la dinámica mantelamiento-desmantelamiento es em-
pleada en forma masiva y patológica. El proceso de desmantelamiento
se apoya en los mecanismos psíquicos de clivaje, evitamiento o eva-
cuación y busca reducir el caos que produce la multisensorialidad, así
116
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
como la complejidad del encuentro con el otro y el espacio. Nos dice
Lheureux-Davidse (2019) que los pacientes con autismo no evitan el
contacto con los otros, sino la complejidad humana, a la que no pue-
den responder sin que los abrume y desorganice. Esta autora plantea
que, si bien pueden permanecer muy atentos al lazo con el otro, ello es
posible por una sola vía sensorial. La monosensorialidad requiere de
un nivel continuo de excitabilidad, que lleva a no poder desprenderse
de la sensación producida en el sí-mismo o los objetos y obstaculiza,
así, la transformación de la excitación en energía psíquica.
Si el incipiente psiquismo sucumbe al desmantelamiento de los
sentidos y estos son capturados uno a uno por diferentes estímulos
del ambiente, se produce allí una adhesividad sensorial, denominada
por Tustin (1987) autosensorialidad. En la autosensorialidad, el objeto
que produce el estímulo y la sensación permanecen acoplados, indife-
renciados. Este objeto-sensación es nominado por Tustin (1987) objeto
autista y, al igual que las guras autistas de sensación (estereotipias,
manierismos), permanecen siempre disponibles para el sistema senso-
rial proximal, por lo que no son pasibles de investimento, separación ni
representación alguna. Ambas experiencias (guras y objetos autistas)
le permiten a la persona con funcionamiento autista acceder a cierto
borde corporal en forma ortopédica. Del lado de las neurociencias se
hace hincapié, también, en que la segmentación y la integración de los
ujos sensoriales, en conjunto con el cuidador, organizan el ujo de es-
tímulos y posibilitan la comodalización y la intersubjetividad primaria.
Estudios de neuroimagen han detectado en sujetos autistas ano-
malías en el surco temporal superior (Golse, 2021). En esta área cere-
bral se realiza el reconocimiento del rostro humano con su gestuali-
dad y emociones, así como la percepción de la cualidad humana de
la voz (Golse, 2021). Se han estudiado minuciosamente las peculiari-
dades en la jación de la mirada, la preferencia por objetos antes que
rostros, las particularidades de la respuesta a la cadencia o tono de voz
y cómo estos inuyen en la dicultad para el entonamiento afectivo
o la entrada en los bucles relacionales de las interacciones tempra-
nas. Tal es la importancia reconocida actualmente de las alteraciones
117
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
sensoriales, que desde 2013 son un ítem diagnóstico para el trastorno
del espectro autista () en la última versión del Manual Diagnóstico
Estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría (2013).
Con respecto a la terapéutica, encontramos varios abordajes que
trabajan con la sensorialidad: la terapia psicomotriz, la terapia ocu-
pacional, las salas multisensoriales, las psicoterapias psicoanalíticas.
Podemos rastrear las peculiaridades del funcionamiento sensorial
autista en algunos autores psicoanalíticos, sobre todo postkleinia-
nos, desde la segunda mitad del siglo , como Anzieu (1994), Bick
(1968/1969), Bion (1962), Haag (1993, 1998, 2018, 2019), Meltzer et al.
(1979) y Tustin (1987). En la actualidad, investigaciones en el área de
la neurobiología y la neurosiología vienen a corroborar o encontrar
sustrato orgánico para estas hipótesis surgidas exclusivamente de ob-
servaciones clínicas.
Muratori (2018) reere que el modo diverso de conocer y ponerse
en relación con el mundo que tienen estos niños no se debe a proble-
mas en la recepción del estímulo, sino en su procesamiento y elabo-
ración nal. Menciona un artículo de Robertson y Baron-Cohen (2017)
que sostiene que los síntomas sensoriales son considerados caracte-
rísticas centrales, nucleares, en el estudio de la neurobiología del au-
tismo; reeren, especícamente, a las diferencias en el procesamiento
sensorial que pueden verse desde muy temprana edad. Estos autores
estudian la relación entre síntomas sensoriales y alteraciones de cir-
cuitos neuronales, incluidos cambios neuromoleculares y anatómicos
en las regiones sensitivas primarias del cerebro.
En esa misma oportunidad, Muratori (2018) destacó la importan-
cia no solo de la sensorialidad como tal, sino también de su estrecha
relación con la motricidad, es decir, la sensoriomotricidad, al señalar
que en estos bebés se observan fallos iniciales en ella. A los tres meses
de vida se observa un pobre repertorio motor con un modelo de mo-
vimiento rígido, repetitivo, monótono, con escasa ritmicidad. Estudios
sobre los movimientos generales intra y extrauterinos realizan simila-
res señalamientos (Beaulieu, 2021).
118
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
En los autismos se gesta una forma de acercamiento al mundo que
conlleva una dependencia extrema del objeto y el espacio por los ca-
nales sensoriales proximales (tacto, olfato, gusto), a partir de la cual la
atención no puede psiquizarse. Touati (2019) nos dice que en el autismo
es necesaria la contigüidad para aprehender el mundo; para entender-
lo, todo debe ser tocado, lo que conlleva como costo la pérdida de la sin-
cronización polisensorial. Si la persona logra desprenderse de esta con-
tigüidad sensorial, puede acceder a la representación y la evocación,
adentrarse en el pensar, investir los objetos en ausencia, manipularlos
internamente, cambiarlos, generar hipótesis, etcétera. Touati (2019) en-
tiende que, para que se dé este proceso, la persona con autismo debe
hacer un «duelo concerniente a la disposición absoluta del objeto para
sí, y por lo tanto a costa de una crisis profunda» (p. 264). Esta crisis y
este duelo le posibilitan al mismo tiempo liberarse de la tiranía de la
presencia del objeto y de su control omnipotente.
Otra posibilidad en estos funcionamientos es recurrir al extremo
opuesto: aprehender las cosas directamente por una vía objetivable,
aséptica, medible, con lo cual el aprendizaje se produce por la vía cog-
nitiva y no por la pulsional, como plantean Crespin y Binisti (2024).
Por otra parte, están las sensorialidades distales (vista y oído), que
nos permiten mantener distancia con los otros sin perder conexión
afectiva y acceder a una alternancia saludable de presencia-ausencia.
Recordemos que, para la primera separación con el otro signicativo,
el bebé precisa que esa presencia, que se retira momentáneamente de
la interacción corporal con él, mantenga el lazo anclado a través de
la mirada y la voz. Mirada y voz van posibilitando crear esas peque-
ñas, pero tan importantes, brechas entre el adulto y el bebé, introducir
otras continuidades sin contigüidad corporal, dar lugar al desarrollo
de la capacidad para estar a solas (Winnicott, 1958). En los bebés o
niños con retraimiento relacional que pueden llegar a ser diagnostica-
dos como autistas se observan dicultades importantes en el acceso a
las sensorialidades distales. En general, estas son las que alertan a los
cuidadores o pediatras de que algo sucede (el bebé no ja la mirada,
no sigue el rostro, parece no escuchar cuando se le habla). Cuando
119
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
estos dos organizadores sensoriales no funcionan de la forma reque-
rida, el niño se ve envuelto en una constante estimulación auditiva o
visual, o no le llegan sucientes estímulos o los interpreta de forma
inadecuada.
Dentro de esa modalidad particular de empleo de lo visual-auditi-
vo, observamos con frecuencia la mirada periférica o a través de. En lo
auditivo, al cubrirse la boca para hablar, estos niños buscan una suerte
de caja de resonancia interna, para que el sonido no se esparza y pier-
da más allá de sí mismos; el taparse los oídos ocia, además, de ltro
antiestímulo, de obturador de oricios corporales, vividos en un cuer-
po no esnterizado, como zonas de derrame o de intrusión, más que
de intercambio. Nos dice Lheureux-Davidse (2019) que la ausencia de
mirada binocular diculta el acceso a la tridimensionalidad, logro que,
recordemos, constituye el requisito espacial para la función de conti-
nencia y es la base sobre la que se asienta el mecanismo de proyec-
ción. Esta autora señala también que la falta de profundidad propicia
sensaciones de vértigo. Se buscará salir de esa sensación displacentera
mediante la activación del sistema vestibular a través de reejos tó-
nicos, que se efectivizan en giros, balanceos y saltos y contribuyen a
delimitar el espacio.
En relación con las sensorialidades de profundidad, Touati (2019)
y Golse (2021) resaltan el papel de lo propioceptivo y el sentido del
equilibrio. En niños con retraimiento relacional autista es frecuente la
necesidad de estimulación vestibular (girando sobre sí mismos o pro-
duciendo una estimulación similar sobre los objetos). En otros casos,
se aprecia la búsqueda de aferramientos sensoriales a supercies o
paredes, para sentirse resguardados de la sensación de desequilibrio.
O, por el contrario, en aquellos niños con mayores destrezas, pode-
mos ver la ejercitación del equilibrio (caminar de puntillas o caminar
como pretiles en situaciones percibidas como riesgosas por el entor-
no). Todas estas peculiaridades del hacer corporal buscan devolver la
continuidad existencial a partir de una continuidad de sensación, pro-
curando una ritmia sin cortes, sin pausas, que al mismo tiempo que
calma y organiza, extenúa y anestesia.
120
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
ALGUNOS APUNTES PARA EMPEZAR A PENSAR
SOBRE SENSORIALIDADES Y ENTORNOS
Cada bebé nace con determinado equipamiento neurobiológico,
con mayor o menor predisposición a alteraciones sensoriales o aten-
cionales, con distintas capacidades de autorregulación, de excita-
bilidad, diferencias temperamentales, etcétera. Arriba con todo este
bagaje a un determinado contexto familiar, cultural y sociohistórico,
entorno que va a tener el desafío de coconstruirlo y acompañarlo en el
surgimiento de un sujeto único e irrepetible.
Al hablar de entorno aquí, no nos referimos exclusivamente a los
lazos tempranos, repletos de carga libidinal y de proyecciones incons-
cientes, organizantes del psiquismo humano, sino que también ha-
cemos referencia a la familia ampliada y a los mecanismos de red o
soporte de quienes están en la primera línea de crianza. El entorno
comprende también lo sociocultural epocal, sus exigencias, tiempos,
presiones y ofertas desde el mercado de consumo (juguetes electró-
nicos multiestímulo, balancines que mecen a los niños a ritmos me-
cánicos jos, cunas con canciones que se cantan mecánicamente…).
Ante este despliegue masivo e indiscriminado de estímulos, hacemos
un llamado a rehumanizar la crianza, a no olvidar que la cría humana
depende totalmente del cuidador adulto durante muchos años para
sobrevivir, no solo de cuidados físicos, sino también de la presencia y
sostén afectivo de otros con mucha disponibilidad.
Compartimos interrogantes actuales en torno a la posible inciden-
cia de algunas características de la sociedad posmoderna en relación
con la «epidemia» de autismos o perturbaciones tempranas en la inte-
racción: aceleración del ritmo de vida, omnipresencia de la tecnología
que sustituye cada vez más el relacionamiento tangible, idealización
y mecanización de la crianza, modalidades familiares no extensivas,
vivir en grandes ciudades con muy poco contacto con la naturaleza, el
escaso tiempo de ocio y el «vacío», la alimentación y la contaminación
ambiental.
121
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
Hallamos también un punto de encuentro entre la actual hiper-
presencia de las pantallas y la predominancia de lo sensorial adhesivo
en los funcionamientos autistas. Este punto de encuentro nos lleva a
pensar sobre cómo la excitabilidad y la captura sensorial nos atravie-
san a todos y producen efectos diferentes de acuerdo con los disímiles
recursos de procesamiento que se posea.
Tendemos a pensar que esta captura sensorial que pueden ofrecer
las pantallas es actual, epocal. Sin embargo, es interesante rastrearla
hasta la Modernidad en lo que Hernández Barboza (2022) denomina
vidas excitadas. A nes del siglo , en el pasaje del capitalismo in-
dustrial al cultural y con el acceso al consumo masicado, surge la
cultura del ocio. Siguiendo, entre otros, los aportes de Foucault, esta
autora nos dice: «el capitalismo […] se ltra en nuestros cuerpos, se
in-corpora en ellos, seduciéndonos a través de los sentidos, su puer-
ta de entrada» (pp.19-20). Y esa apertura es viabilizada mediante la
cultura del ocio, que a través de las sensorialidades proximales po-
sibilita la apropiación de lo estético en la burguesía. En ese sentido,
es interesante pensar cómo podemos inscribir también a aquellas
sensorialidades que parecen escaparse de lo colectivo epocal, como
sucede con las autistas, y sin embargo comparten el tronco común
de las sensorialidades proximales de las pantallas y la vida del ocio
de nes de siglo .
* * *
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
A, J.  (1979). Manual de psiquiatría infantil (4.a ed.).
Toray-Masson.
A, D., H, D., M, A., E, M., A, A.,
G, J., D, J., L, E. y N, T. (1990). Las en-
volturas psíquicas. Amorrortu Editores
122
Funcionamientos autistas: sensorialidades a enlazar
Karina Hackembruch Tourn y Graciela Roca Pini
A, D. (1994). El yo piel. Biblioteca Nueva.
A A  P. (2013). Manual diagnóstico y es-
tadístico de los trastornos mentales:   (5.a ed.). Editorial Médica
Panamericana.
B, A. (2021). Prévenir l’autisme du bébé a risque: Une approche cor-
porelle et relationnelle. Érès.
B, E. (1969). La experiencia de la piel en las tempranas relaciones de
objeto. Revista Uruguaya de Psicoanálisis, 11(2), 167-172. (Trabajo
original publicado en 1968)
B, W. R. (1962). Aprendiendo de la experiencia. Paidós.
B, T. G. R. (1977). A primer of infant development. W. H. Freeman.
C E  E. (). Nota editorial. Equinoccio.
Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4(2), 5-8. http://www.audepp.
org/ojs/index.php/eqo/article/view/125/167
C, G. y B, P. (2024). Voie pulsionnelle et voie cognitive. En
B. Golse y A. Barral (dirs.), De la clinique à la recherche: Autismes et
psychanalyses V (pp. 193-216). Érès.
G, B. (2021). Mi combate por los niños autistas. Miño y Dávila Editores.
H, G. (1993). Contribución a la comprensión de las identicaciones
en juego en el yo corporal. Revista de Psicoanálisis, 50(1), 85-102.
H, G. (1998). Los continentes de pensamiento. Ediciones de la Flor.
H, G. (2018). Le moi corporel: Autisme et développement. P.
H, G. (2019). Les premiers rassemblements sensoriels: L’arrière-
plan et la première verticalité. En M. D. Amy, A. Barral y B. Golse
(dirs.), Des troubles sensoriels aux stratégies thérapeutiques: Autismes
e psychanalyses IV (pp. 43-58). Érès.
H B, S. (2022). Vidas excitadas: Sensorialidad y capitalismo
en la cultura moderna. Sans Soleil Ediciones.
J, F. (2019). La subversion sensorielle… ou la sensorialité autistique:
Entre fonctions et fonctionnements. En M. D. Amy, A. Barral y
B. Golse (dirs.), Des troubles sensoriels aux stratégies thérapeutiques:
Autismes e psychanalyses IV (pp. 251-258). Érès.
123
1
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 107-123.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.6.
L-D, C. (2015). Autismo e vícios. Ágora Estudos em
Teoria Psicanalítica, 18(1), 25-38. http://dx.doi.org/10.1590/S1516-
14982015000100003
L-D, C. (2019). Sensation, perception et représentation.
En M. D. Amy, A. Barral y B. Golse (dirs.), Des troubles sensoriels aux
stratégies thérapeutiques: Autismes e psychanalyses IV (pp. 285-302).
Érès.
M, D., B, J., H, S., W, D. y W, I. (1979).
Exploración del autismo: Un estudio psicoanalítico. Paidós.
M, C., M, C., R P, G., T, D. (2023)
Sensorialidades, contextos y lazos: posibles perspectivas en torno de
las infancias con funcionamientos autistas. [video]. YouTube. https://
youtu.be/CQ0v5j_b48c?si=8m6_j87bYDi-q1Kz
M, A. (1985). The roots of social and cognitive development:
Models of man’s original nature. En T. M. Field y N. A. Fox (eds.),
Social perception in infants (pp. 1-30). Norwood.
R, C. y B-C, S. (2017). Sensory perception in au-
tism. Nature Reviews Neuroscience, 18(11). 671-684. https://doi.
org/10.1038/nrn.2017.112
S, D. (1991). El mundo interpersonal del infante. Paidós.
T, B. (2019). De la sensorialité à l’organisation corporelle et au
dialogue corporelle. En M. D. Amy, A. Barral y B. Golse (dirs.), Des
troubles sensoriels aux stratégies thérapeutiques: Autismes e psycha-
nalyses IV (pp. 259-274). Érès.
T, F. (1987). Estados autísticos en los niños. Paidós.
W, D. W. (1958). Escritos de pediatría y psicoanálisis. Paidós.
W, D. W. (1975). El proceso de maduración en el niño. Laia.