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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 67-86.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.4.
Contar con dos coordinadores presenta ventajas, por ejemplo,
cuando uno de los niños necesita salir del salón. A su vez, permite vi-
sualizar y esclarecer la transferencia con mayor claridad.
LOS MATERIALES, EL SALÓN Y LA SALA DE ESPERA
No focalizamos el grupo en el juego a partir del uso del cajón de
juguetes, el cual consideramos simplemente como un recurso más.
Principalmente, disponemos de medios de expresión plástica, hojas y
lápices de colores, crayones, goma de pegar, tijeras. En alguna oportu-
nidad incluimos muñecos, autitos o juegos de caja, cartas. Estos ma-
teriales permiten formas de expresión habituales para los niños y son
fáciles de reponer en caso de que resulten dañados durante el juego.
Su reposición dependerá de la destructividad de los niños, los niveles
de culpa concomitante y la capacidad y necesidad de reparación. Por
motivos de practicidad, mantenimiento y limpieza del salón, no dispo-
nemos de agua ni de arena para los juegos.
En cuanto al salón, cuenta con un espacio adecuado para poder
jugar, con sillas dispuestas en círculo, un pizarrón y una mesa. El es-
pacio es determinante para poder desarrollar o no determinados tipos
de juegos. Debe garantizar la seguridad de los niños y no debe tener
objetos que puedan resultar peligrosos. Los padres esperan afuera, por
lo cual es importante que el salón garantice la condencialidad.
La sala de espera frecuentemente se congura en un espacio de
caldeamiento espontáneo, donde se dan interacciones entre los niños
antes de comenzar el grupo, empiezan a conocerse o a jugar antes de
entrar al salón. En ese espacio se producen las separaciones con los
padres para ingresar al grupo, momento que muchas veces es signi-
cativo observar, pues se producen ansiedades, tanto en los adultos
como en los niños, que pueden ser trabajadas. Suelen ser instancias
donde los padres demandan o brindan información a los coordinado-
res para calmar sus propias ansiedades y fantasías, y otras veces para
aportar datos signicativos de los sucesos de la vida del niño.