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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 5(1), enero-junio 2024, pp. 49-65.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/5.1.3.
OLGA Y SUS CLASES DE SEXO
Martínez (apud Quintanar, 2017) sostiene que es necesaria la
enunciación de los diversos mitos y prejuicios que rodean la sexua-
lidad de los viejos y viejas, ya que, una vez internalizados, deterioran
las relaciones interpersonales y la circulación erótica de las personas
mayores. Asimismo, Quintanar (2017) plantea que la educación sexual
ofrece conocimientos y técnicas que promueven una mejora en la
aceptación personal y el relacionamiento con el otro. Al respecto, Olga
les plantea a los participantes del taller que «La medicación no tiene
por qué inuir en la respuesta sexual, lo que sí tenemos que hacer es
mirarnos y aceptarnos… Si aceptamos que somos mayores, sabemos
hasta dónde llegar» (Mañá, 2010).
Los viejos de hoy han recibido, por lo general, una educación se-
xual insuciente o nula. En un pasaje de la película, Juanita le plan-
tea a Olga: «Cuando las mujeres se estimulan, ¿qué hacen?» (Mañá,
2010). No es casualidad que esta interrogante surja desde una mujer,
a quienes nos ha sido condenada la sexualidad por fuera de los -
nes reproductivos. Es interesante notar que, como menciona Freixas
(1997), el envejecimiento ha sido pensado desde la consideración de
que hombres y mujeres envejecen de forma similar, lo cual solapa las
singularidades de cada sujeto a la vez que las inequidades de género.
¿Y qué hace un grupo de viejos en un taller sobre sexo? Observamos
la sorpresa de Nina, la hija de Herminia, cuando descubre a su madre
asistiendo al taller: «¿Clases de sexo aquí?» (Mañá, 2010). Es que los
espacios educativos sobre sexualidad, como plantea Quintanar (2017),
son casi una excepción en la medida en que a los viejos y viejas el de-
recho a ser sexuado parece habérseles quitado.
Olga plantea una frase habilitadora: «Sexo es vida, porque el
sexo tiene que ver con las sensaciones, y no dejamos de sentir nun-
ca» (Mañá, 2010). Abre, así, un puente a redescubrir las posibilidades
y potencialidades de sus cuerpos, a un acercamiento a la sexualidad
más allá de su función reproductiva. En este sentido, Quintanar (2017)
sostiene que la negación de la sexualidad en las personas mayores