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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 2
(2), julio-diciembre 2021, pp. xx-xx.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: xxxxx.
ESFERAS DE LA INSURRECCIÓN.
APUNTES PARA DESCOLONIZAR EL
INCONSCIENTE
DE SUELY ROLNIK
Melisa Montenegro
Universidad Nacional de Córdoba
Córdoba, Argentina
Correo electrónico: melisamontenegro.d@gmail.com
ORCID: 0009-0001-9947-5262
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4
(2), julio-diciembre 2023, pp. 185-192.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/4.2.10
Para citar este artículo / To reference this article / Para citar este artigo
MONTENEGRO, M (2023). Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el
inconsciente (de Suely Rolnik).
Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4
(2),
185-192. DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/4.2.10
Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0)
Título: Esferas de la insurrección.
Apuntes para descolonizar el inconsciente
Autor: Suely Rolnik
Año: 2019
Editorial: Tinta Limón
Ciudad: Buenos Aires
Páginas: 192
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Pensar y sublevarse se convierten en una sola y la misma prác-
tica: una no avanza sin la otra.
Suely Rolnik (2019, p. 33)
Venimos a un mundo que nos habla y, en esa palabra, devenimos.
Venimos a un mundo donde el deseo está colonizado, donde los incons-
cientes están colonizados. El capitalismo neoliberal globalitario, en su
nuevo pliegue, no se conforma con extraer la fuerza de trabajo —como
en el capitalismo financierizado—, sino que expropia el deseo mismo del
sujeto y hechiza las subjetividades para lograr sus objetivos, para seguir
acumulando capital.
En su obra Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el in-
consciente, Suely Rolnik (2019) nos invita a realizar una reapropiación de
nuestra fuerza vital a través de una investigación de nuestro propio in-
consciente, que solo puede lograrse mediante la experiencia subjetiva.
Brasileña, nacida en 1948, psicoanalista, filósofa, crítica de arte, profe-
sora, exiliada política… Más allá de los diferentes caminos que resultan
en su obra, en este libro Rolnik plantea que hay un saber-del-cuerpo, que
hace referencia al saber de nuestra condición de vivientes; un saber que
nos atraviesa y que no es individual, sino colectivo, que está ligado a la
intuición, a la construcción de lo común y a la posibilidad de ser semillas
que anuncian nuevos mundos posibles. Estos gérmenes de mundos, como
ella los llama, nos llegan a través de resonancias, no se restringen a lo
humano, sino a toda la biósfera, tienen que ver con el afuera-del-sujeto y
constituyen la esfera micropolítica, la cual es necesario habitar para po-
der hacer elecciones a favor de la vida y de su potenciación.
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En los tres ensayos que componen el libro, Rolnik hace un análisis del
neoliberalismo, del modo en que los inconscientes se encuentran coloni-
zados y los sujetos desposeídos de su propia fuerza vital, de su deseo, de
su pulsión de vida, al ser expropiados como combustible por el régimen
capitalista. A su vez, acerca herramientas para pensar modos y estrate-
gias para descolonizar el inconsciente.
Como parte de la generación de los setenta y ochenta, Rolnik enten-
dió que las luchas focalizadas únicamente en el aspecto macropolítico no
son suficientes ante el orden capitalista, que rige de modo profundo el en-
tramado social. Por lo tanto, propone pensar en estrategias micropolíticas
de acción, esfera sobre la cual el capitalismo incide desde el origen mis-
mo de su existencia. No se trata, entonces, de redistribuir roles y papeles
entre partidos, sino de poder cambiar la narrativa misma, pensar otra
escena posible, sin caer en la fantasía utópica de llegar a un estado de
paz y armonía permanentes. Es decir, de asumir que las fuerzas activas y
reactivas están presentes en cada uno de nosotros en una lucha constante
y que es esta lucha la que hace a la aventura misma de vivir.
Su primer ensayo se titula «El inconsciente colonial-capitalístico». La
autora propone esta denominación para referirse a la política del incons-
ciente dominante en este régimen. Haciendo una analogía con la figura
del proxeneta, ella lo designa también inconsciente colonial-cafisheístico,1
ya que el capitalismo toma como objeto de explotación a las personas
(además de animales, plantas y toda la biósfera en su conjunto) a través
de una seducción en la cual estas creen estar siendo protegidas por el
1 «“Cafishear” es un neologismo basado en el verbo “cafetinar” en portugués. En su sentido
usual, el término designa la acción del “cafetão”, cuya traducción varía en los países hispano-
hablantes: proxeneta, alcahuete, cafisho, cafiche, chulo, fiolo, padrote, rufián, cabrón, maipio-
lo, cafiolo, celestina, chichifo, macarra, entre otros, siendo que ninguno de estos términos es
usado en todos los países. No existe el uso verbal de este término en español como existe en
portugués; además, su uso en portugués es bastante común, incluso en el sentido figurado, lo
que tampoco es el caso en español» (Rolnik, 2009, p. 20).
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régimen y le entregan su deseo. Así, la extracción que se produce no es
solo económica, sino también cultural y subjetiva, y el poder del régimen,
mucho más amplio, sutil y difícil de combatir.
Ante esto surge la pregunta: ¿cómo liberar a la vida de su proxene-
tización? Podemos distinguir dos tipos de micropolítica. Por un lado, la
de la entrega a la apropiación por el sistema; por otro, la que pugna por
su reapropiación. Para ilustrar esto, Rolnik recurre a la artista brasileña
Lygia Clark y a una de sus proposiciones, «Caminhando».2 La invitación
es a crear con papeles una banda de Möbius y hacerle recortes. La con-
signa es simple: si uno evita los mismos puntos para seguir recortando, la
obra producirá diferencias; si uno elige siempre el mismo punto para se-
guir recortando, sus acciones producen lo mismo. La banda constituiría la
realidad que, percibida a través de nuestra capacidad personal-sensorial-
sentimental-cognoscitiva, es la forma de aprehender propia de la expe-
riencia de la subjetividad como sujeto, predominante en Occidente y que,
bajo el régimen colonial-capitalístico, toma poder desmesurado. Pero hay
otras formas de aprehender el mundo a través de perceptos y afectos,
generando experiencias fuera-del-sujeto, que aprehendemos mediante
intuiciones o resonancias. Estas últimas constituyen un saber-del-cuerpo
que alberga gérmenes del mundo en estado virtual, es decir, la posibilidad
de generar otros tipos de vínculo con el otro, un mundo diferente del ac-
tual. Vislumbrar posibilidades de vida diferentes a las actuales origina un
estado de extrañeza. Lo familiar del mundo, propio de nuestras formas de
subjetivación tradicionales, junto a lo extraño de esos gérmenes que pro-
vienen del fuera-del-sujeto, conforman una paradoja y despiertan cierto
malestar o tensión.
2 «Caminhando» es una de las fotografías que integran la exposición Lygia Clark: The Abandon-
ment of Art, 1948-1988, del moma, en Nueva York. Esta obra consiste en prácticas que fomentan,
en quienes las experimentan, la búsqueda de su potencia vital, para evitar el abuso del incons-
ciente colonial-capitalístico.
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Frente a esta paradoja surge una interrogante que convoca al deseo
a actuar. Ante esto, la autora identifica dos polos hipotéticos, uno activo
y otro reactivo, como respuestas extremas posibles. El primero, el polo
activo, implica la posibilidad de hacer cortes diferentes en la realidad,
por lo que el sujeto se reapropia de su deseo y cumple su función ética
de agente activo; así, la creación de nuevos mundos es posible. El polo
reactivo, por otro lado, percibe este cuerpo extraño como aterrador, el
mundo tal cual está se presentifica como el único posible y se desata an-
gustia ante la posibilidad de que caiga, lo cual a su vez pone en juego su
propia identidad como totalitaria y unificada; aquí la pulsión tomada por
el régimen continuará haciendo cortes en el mismo lugar, pues el objetivo
es mantener el status quo y la seguridad que este le otorga.
En su segundo ensayo, «Insurrecciones macro y micropolíticas.
Diferencias y entrelazamientos», la autora sigue explorando las posibles
reacciones ante el régimen. Allí describe más detalladamente las caracte-
rísticas del capitalismo neoliberal y cómo en sus últimas versiones ha re-
querido de la alianza temporal con fuerzas reactivas radicalmente opues-
tas, como lo es el neoconservadurismo. Estas alianzas, con discursos de
extrema derecha, tienden a quitar de la escena a actores como las iz-
quierdas, mediante el uso de los medios de comunicación, la propaganda,
etcétera, para seguir arraigándose en el poder. En este escenario, donde
las luchas macropolíticas tradicionales de izquierda no fueron eficaces,
surgen nuevos tipos de insubordinaciones que escapan del par derecha/
izquierda y plantean un nuevo horizonte de lucha. A propósito de esto, la
autora cita como ejemplos los movimientos de las periferias, entre jóve-
nes, así como de negros, mujeres y personas lGtBqi+.
Rolnik sostiene que la pulsión es siempre de vida en su polo más
reactivo, es decir, cuando más despojada está por el sistema colonial ca-
fisheístico. Sería el equivalente de lo que Freud llamó pulsión de muerte,
pero aun allí ella sostiene que hay una voluntad de potencia. Esta forma
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de pensar la pulsión permite evaluar la existencia individual y colectiva y
analizar en dónde la vida está bajo amenaza, tomando del psicoanálisis
su potencia política o su esencia micropolítica, en este caso, ya que es de
la pulsión misma que el régimen se alimenta, lo cual produce un trauma
y vuelve vulnerable el deseo. Retomando la analogía del proxeneta, es
desidealizando al opresor, que opera bajo una máscara, y rompiendo su
hechizo perverso que la trabajadora sexual toma consciencia de que no
es más que un objeto para el otro, para su goce narcisístico de acumula-
ción de poder. Cuando la mujer sale de ese personaje en el cual estaba
cooptada, la escena perversa no tiene de dónde sostenerse y ella puede
recuperar para sí misma la fuerza de su deseo.
En un mundo más justo, no se trataría de readjudicar roles, sino de
cambiar la escena, de crear un mundo donde la alteridad sea respetada
y las diferentes formas de existencia, incluso las no humanas, sean po-
sibles. En este ensayo Rolnik explora en profundidad las potencias de la
micropolítica en miras de ese mundo más justo, haciendo hincapié en las
reapropiaciones colectivas de la pulsión que favorecen la emergencia de
acontecimientos, transformaciones efectivas en el tejido social.
En el tercer ensayo del libro, titulado «La nueva modalidad de golpe:
una serie en tres temporadas», la autora analiza las nuevas modalida-
des en que el régimen capitalista, financierizado y neoliberal avanza en
su proyecto último: su realización globalitaria, lo cual viene sucediendo
de diversas maneras en los últimos años. Para ejemplificar, toma el caso
de Brasil y enumera los sucesos que derivaron en la pérdida del poder
por el partido de los trabajadores, el arresto de Lula da Silva y la insta-
lación de un Estado neoliberal, de extrema derecha y ultraconservador
con Bolsonaro. Allí describe el uso micropolítico de narrativas ficciona-
les como estrategia del régimen, el brote conservador como parte de
una alianza necesaria, la alteridad demonizada, así como la máscara de
la legalidad democrática. Con este caso resalta especialmente cómo el
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régimen incide de forma directa en la esfera micropolítica, en las subjeti-
vidades, y subraya la necesidad de que la resistencia tenga lugar asimis-
mo en esta esfera.
La autora destaca la importancia de contemplar la descolonización
del inconsciente para las luchas de izquierda. Poder transmutar requiere
dejar de repetir una y otra vez las mismas escenas y personajes. Como la
obra misma lo apunta, esto no es ajeno a la clínica psicoanalítica, cuyos
origen y esencia rebozan de potencia política. Más allá de las tradiciones
que nos impelen a posicionarnos en lo macropolítico a nivel partidario, es
necesario desarmar las narrativas que reproducen los extremos, para rea-
propiarnos del deseo y de la pulsión, y para que nuestras prácticas, tanto
profesionales como las que atañen a otros aspectos de la vida, recobren
su potencia vital.
Considero que quienes hemos transitado análisis, dentro y fuera del
consultorio, algo podemos decir sobre el trabajo que requiere salir de los
lugares donde fuimos colonizados y sobre la lucha constante que acarrea
la libertad. Me resuena, especialmente, el poder atender a este malestar
de fuera-del-sujeto, que nos asiste hoy con tanta vehemencia. Pulsiones
de vida, de la vida toda, que susurran despacio, como fueguitos que se es-
tán extinguiendo, y que también nos habitan, nos interpelan y nos llevan
una y otra vez a intentar hacer algo frente a ese interrogante.
§
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
rolnik, S. (2019). Esferas de la insurrección. Apuntes para descolonizar el
inconsciente. Tinta Limón.