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Estimulismo digital: notas sobre el Sr. Cortina y la dualidad
yo mortal-inmortal
Lucio Gutiérrez
Los expertos en inteligencia artificial llaman alucinaciones a la infor-
mación arrojada por el sistema que, aunque esté escrita de manera co-
herente, presenta datos incorrectos, sesgados o plenamente erróneos. Es
tan interesante como criticable que elijan ese término, que antropomor-
fiza aun más el proceso. Naomi Klein (2023), en un juego con la idea de
creencia delirante, sentencia: «las máquinas no están alucinando, pero
sus creadores sí» cuando suponen que las inteligencias artificiales ven-
drán a resolver problemas tan importantes como el cambio climático, la
pobreza, la salud, el sistema democrático y la alienación posmoderna.
Hasta ahora, al menos, todo muestra estar orientado en el sentido contra-
rio: a una maximización de las ganancias de sus creadores, de financistas
y de las compañías que adoptan estas tecnologías.
Notemos que en ambos casos hay un uso informal, conceptualmente
incorrecto, de la idea de alucinación.4 El primero de ellos es que las aluci-
naciones sintéticas refieren a la producción de contenidos sin referencia
de origen. Pero la denominación de alucinación supondría que la inteligen-
cia artificial realiza una actividad basada en un sistema de registro mné-
mico, alguna forma de relacionamiento entre lo representado, memoria y
percepción, el ejercicio de una prueba de realidad y una organización de
sentido en torno a alguna forma de reflexividad. Nada más lejos de lo que
sucede. Como ha señalado Harari (2018), este es un legado de Hollywood
que nos lleva a confundir inteligencia artificial con conciencia. El uso
(Klein, 2023), por su parte, confunde la noción de idea delirante con la de
alucinación que, aunque emparentadas metapsicológicamente, no coinci-
den. Se acerca, sí, a una tercera acepción de esa idea, que abordaremos.
4 Entiendo, en su sentido estricto, que la idea de una percepción sin objeto no puede despren-
derse de la noción de un movimiento continuo de presentación y representación, flujo y
reflujo del mundo. En ese sentido, el proceso de objetivación de la imagen en los movimien-
tos propios y normales de la vida psíquica (y en sus desviaciones, como sería considerada
una alucinación) dependen de la organización del psiquismo (Ey, 2009).