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Equinoccio. Revista de psicoterapia psicoanalítica, 4
(1), enero-junio 2023, pp. 45-52.
ISSN: 2730-4833 (papel), 2730-4957 (en línea). DOI: doi.org/10.53693/ERPPA/4.1.3
el campo simbólico adquiere un carácter individual y, por lo tanto, re-
cupera su misterio.
A partir del psicoanálisis y del surrealismo, el universo simbólico se
libera de sus códigos morales y el espacio se abre tanto a lo lúdico como
a la interpretación. El ejercicio surrealista de generar desplazamientos
semánticos abre una puerta a infinitas interpretaciones y estas deberán
aceptar que la decodificación es también un ejercicio lúdico y saludable.
Planeamos la posibilidad de jugar con la realidad como una herramienta
para reinventarla y adentrarse en el juego del misterio de la existencia.
Estos dos mundos, el psicoanalítico y el de las artes plásticas, son
aparentemente diferentes y, sin embargo, tienen tanto en común, como
la polisemia de ambas artes, los múltiples significados a explorar (crear).
Sabemos que, según la expresión y el contexto, surgirán diversas acep-
ciones. De alguna forma, el análisis y el arte trascienden al ser y a la obra.
Pensando y pensándonos, estamos invitados a conversar, a mirar de to-
das las maneras (Pessoa, 2013).
El arte y el análisis pueden pensarse como procesos, como formas
de expresión de la angustia humana, de las fantasías, los sueños, las ale-
grías y las ilusiones. Y, en tanto tales, están atrapados por la paradoja
del deseo. El deseo persigue algo, ya sea una fantasía, una imagen, un
momento o bien objetos y personas. Al obtener lo que busca, el impulso
a la satisfacción del deseo se desplaza hacia nuevos objetos. El deseo es
un vacío porque nunca logra ser colmado. La búsqueda de la satisfacción
del deseo se desplaza hacia otras cosas.
CREANDO-CREÁNDONOS
Desde otra perspectiva, cuya mirada es sobre la mente infantil, al
decir de Guerra (2020), la experiencia sensorial, la textura sensitiva de la